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¿TE CUESTA TOMAR DECISIONES?Quizás necesites alumbrar un poco más a la Indecisión





¿Y si le digo que sí?, mejor le digo que no, y si por lo menos lo intento…


Siendo sinceros con nosotros mismos, nadie puede decir que nunca ha estado indeciso alguna vez por algo en su vida. Son muchos los momentos en que sin darnos cuenta el camino se abre y aparece una encrucijada en nuestras vidas y por más que lo pensamos, una gran interrogante sigue latente en nuestra mente sin permitirnos discernir cuál de los caminos tomar.

Tendemos a definir la indecisión como negativa y nos cuesta alumbrarla. Cuando decidí escribir este artículo, consulté por uno de mis grupos de WhatsApp con que asociaban la indecisión y las respuestas fueron; desconocimiento, inseguridad, fracaso, falta de confianza, perfeccionismo, temor a equivocarse, poco autoconocimiento, baja autoestima, overthinking, miedo.


En realidad, dudar puede ser signo de que es necesario tomarte tu tiempo para tomar decisiones acertadas, de que te importa un resultado y te hace pensar sobre consecuencias, pros y contras.


Ahora bien, la indecisión se convierte en un gran problema, cuando te paralizas constantemente con decisiones del día a día que pudieras resolver fácilmente porque no tienen una importancia relevante, pero al mismo tiempo, no tomar esa decisión si te traería consecuencias. Por ejemplo, no poder decidir que ponerte y por ende llegas tarde a una reunión de trabajo, no saber que par de zapatos comprar e irte de la tienda sin elegir ninguno. Es importante resaltar, que en este último ejemplo estas decidiendo de forma involuntaria no comprar nada, así que esto es parte de las responsabilidades que te toca asumir cuando no decides de forma consciente.


Puede que incluso, tomar decisiones nos genere estrés, confusión o ansiedad ya que el temor a equivocarnos o perder el control es de los más grandes desafíos que se presentan al estar frente a esa situación compleja para ti.


Muchas pueden ser las raíces emocionales que detonan un proceso de indecisión, una de ellas puede ser el perfeccionismo, ya que te toma mucho tiempo pensar qué opción te llevará al resultado perfecto, por eso, es importante indagar en tu sistema de creencias referencial para así descubrir que es exactamente lo que te limita.


Para la mayoría de las personas, renunciar o no a un trabajo, emigrar, tener o no tener hijos, escoger si aceptar un trabajo o no, entre otras, son decisiones que los lleva a reflexionar y pensar en los pros y contras debido a que la elección tendrá consecuencias en sí mismo o en otras personas.


Sin embargo, aunque la indecisión es parte de la vida, son muchos las personas reales como tú y como yo, que huyen a la posibilidad de sentir que la indecisión está llamando a nuestra puerta y que nos negamos a abrirla precisamente para no mostrar esa parte llamada sombra. Esto se debe en parte a que nuestro mayor miedo, a nivel inconsciente, es no ser aceptado y por tanto llegar a ser juzgados como indecisos, incapaces, incompetentes…, aunque la realidad es que somos nosotros mismos quienes en primer lugar nos juzgamos por ello.


Somos seres emocionales y sociales por naturaleza, por ello es tan importante para nosotros conectar con otros, esto no quiere decir que debas convertirte en alguien más, por el contrario, la conexión y la autenticidad van de la mano e incluso cuando nos permitimos ser más auténticos ocurre mayor conexión.


Hace poco me planteaba la interrogante de si quería ser madre o no, era algo que poco compartía, porque no se trataba de querer o no querer, se trataba de no poder discernir qué era lo que realmente quería y de juzgarme por no saberlo. Por ende, desde el inconsciente no me permitía alumbrar la indecisión y mirarla con otros ojos.


Después de un trabajo de introspección importante donde descubrí creencias que me limitaban a tomar la decisión, decidí compartirlo en mi Instagram, y ¿qué creen que paso? muchísimas personas se sintieron identificadas y yo no podía creerlo, pero todo eso me permitió darme cuenta de que la vulnerabilidad nos permite conectar.


La invitación no es que grites a los cuatro vientos tu indecisión o tus secretos más íntimos, por el contrario, la invitación es que te permitas de manera consciente alumbrar tu indecisión y ver cuando estas poniendo la conexión por encima de tu autenticidad.


Es maravilloso y gratificante, poder reconocer que somos seres completos tal y como somos, con nuestras luces y sombras, con lo que nos gusta y también con lo que no, sé que no es un camino fácil, pero si puedo asegurarte de que cuando decidas transitarlo desde el autoconocimiento estarás cada vez más cerca de vivirlo.


Recuerda que cuando niegas esa parte de ti, estás negando tu autenticidad porque empiezas a convertirte en la persona que otros esperan que seas y no en lo que realmente eres, y ese desbalance en algún momento no te permitirá ser feliz.


Romy Elena Castro

Coach en Programación Neurolingüística

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