top of page

Siempre habrá un detonante para RESURGIR


Lo sucedido en el año 2017 fue el detonante que marcó en mi vida el RESURGIR de la mujer que sabía que era y que por años había estado sentada a la sombra del qué dirán esperando su momento de florecer.


Ese año me mudé de país, de Venezuela a USA, dejé atrás mi profesión como abogado, me separé de mi familia, dejé mis bienes materiales y sentí que mi tallo fue cortado dejando mis raíces atrás tal vez para secarse en la tierra fértil que me vio nacer. Mi vida en Venezuela no era la que yo sabía que podía tener desde el punto de vista de la plenitud de mi alma, pero sí que era una buena vida.


Me encanta la jardinería, pensarás que salté de un tema a otro sin sentido alguno, pero ya verás mi punto, sin embargo, aunque me gusta mucho la mayoría de mis plantas por alguna razón mueren bajo mi cuidado ya sea por exceso de agua, por falta de agua, por una helada que las dejó tan tiesas como un trozo de hielo, porque animales se las comieron, por no saber cuidarlas según la estación del año, incluso las suculentas que no ameritan mayor cuidado me han dicho ADIOS con gran decepción.

Me fascina hacer analogías y esta, entre las plantas y la vida es mi preferida porque así me siento con raíces, tallo, ramas, hojas, flores y frutos y aunque en este espacio no voy a hablarte del por qué me siento como una maravillosa planta, voy a utilizarla para hablar de ese RESURGIR que te comenté al principio.


Como dije sentí que mis raíces se quedaron en aquella tierra que pensé sería la única fértil para mí, mi espacio seguro, mi conuco citadino, sentí mi tallo cortado eso dolió y aún duele profundo, fui a parar en un lugar desconocido con tierra diferente, un clima diferente, un agua diferente, fertilizantes diferentes y tuve mucho miedo, no quería secarme, es decir, llevar una vida vacía, autómata y de desconcierto porque mis afectos, mi experiencia, mi gente y lo único que sabía fue dejado atrás. Por muchos meses lloré dentro de esa vieja camioneta que ahora amo tanto y sería incapaz de vender, tuve mis profundas y dolorosas discusiones con Dios y grité de desesperación porque la mujer que por muchos años definí se encontraba en una encrucijada: seguir o morir a mis sueños.


Sí, luego de tantas lágrimas e interrogantes resurgí, sentí como fue el mismo Dios quien amorosamente colocó ese tallo cortado en un jarroncito con agua y le nacieron raíces para ser delicadamente sembrado en un pequeño pueblito a muchas millas de distancia de mi amada Valencia. Empecé a enraizarme y luego de 2 años vi en mí tantas cosas que no sabía que tenía, sentí cómo nuevas ramas asomaban hojas y capullitos multicolor resultaban en hermosas flores. La mujer que fui no es la sombra de la de hoy, puedo ver tanto potencial, tanto que dar y tanto que aprender, recobré nuevas fuerzas para seguir adelante a realizar esos sueños que veía tan tontos e inalcanzables, aprendí a soñar con fe y esperanza, mi tallo es más robusto y fuerte, mis flores son de diferentes formas y para mi asombro varios retoñitos nacen de mis raíces.


El 2017 fue un tiempo necesario para mi aprendizaje, necesitaba ese detonante para desenraizarme y re-conocerme, para mi crecimiento, para entender mi pasión y llamado en este mundo. En ese RESURGIR dejé de escuchar y de complacer a los demás centrándome sólo en esa vocecita de mi corazón que ahora es poderosa, y aunque no siempre la experiencia para llegar a un resurgimiento deba ser dolorosa como la mía te invito a identificar en ti momentos en los que has resurgido, porque no es algo que ocurre una sola vez en la vida, es una constante que nos eleva y lleva a esa mejor versión de nosotras mismas.

Resurge y vive plena sabiendo que eres suficiente y eso que sueñas requiere convertir esa detonación en acción.


Raquel Leal

Fundadora/Directora de Latinas Time

@latinastime_tn

@thumbsupraquel

bottom of page