Hablemos de Votar
Desde Chiquita tengo en la cabeza que no se habla en publico de tres cosas; religión, sexo y política. Veintinueve años más tarde, se puede decir que aun sigo esa regla muchas veces para evitar conflicto y la mayoría de esas veces es en cuanto a punto de vistas políticos. Sin embargo, hace tiempo que deje de confundir eso con la indiferencia al tema. Dice el diccionario Ingles de Oxford que las políticas son las acciones asociadas a gobernar un país, especialmente el debate o conflicto entre los individuos o partidos que aspiran a llegar al poder.
Si vives en Puerto Rico es difícil no estar expuesto de alguna manera u otra a la política. Especialmente si estás en tiempo de elecciones. Crece uno viendo las caravanas, los ‘mitins,’ las tumba cocos y también vez a los seguidores o fanáticos que las hacen posibles. Mientras sigues añadiendo experiencias a tu vida, vas tomando posturas y adoptando creencias que formaran parte de tu perfil político. Lo ideal sería cultivar esto desde una edad prudente para cuando uno llegue a ese momento de votar por primera vez, comprenda y aprecie el proceso. Hay otros como yo, que decidimos mirar hacia otro lado e ignorar completamente este sector de la vida hasta que me toco coger clases de Ciencias Políticas el primer año de la universidad.
Curiosamente, muchos de mis amigos de la misma generación comparten este mismo despertar político conmigo. Saque mi tarjeta electoral en el pasillo de la universidad y por dos o tres días sentía que iba a cambiar el mundo. Luego volví a la vida de exámenes y jangueo y eso de la política ya no me afectaba mucho que digamos. Tanto así, que desconozco que fue lo que paso para que no votara en las elecciones del 2012. El hecho de que sienta vergüenza por esto ahora demuestra cuanto ha evolucionado mi opinión sobre el tema. Me molestaría mucho perder la oportunidad de votar ahora. Tal cual me paso en el 2016, cuando me sentía emocionada de hacerlo y luego un viaje de un curso estrictamente necesario, coincidió con la fecha a última hora y me arrebato el plan de las manos. Ya en este entonces había vivido suficiente la vida de adulta para sentir en carne propia las consecuencias de la forma de gobernar de muchos. Sentía ansias de ser parte de algo más grande que yo, de una transformación radical y de elegir a esa persona que yo entendía que podía liderarnos.
Y es que es así, en los libros y clases aprendes en que consiste el gobierno y como funciona, pero esta en nosotros correrlo. Es fácil ignorar lo que esta pasando alrededor y ‘picharle’ a los temas ‘difíciles,’ pero este sistema de gobierno de nuestra isla y de los Estados Unidos (a los que pertenecemos) solo funciona correctamente si nos envolvemos activamente en él. No estoy diciendo que debemos correr para un puesto (aunque si sientes que puedes hacer la diferencia puedes hacerlo), ni que seamos los analistas de la emisora, pero si educarnos en las medidas, reglamentos y leyes que nos conciernen y por su puesto a las personas que las proponen y se aseguran de que se cumplan.
Claro, se que los discursos de la importancia de votar hay muchos, pero son más las personas que no se han decidido participar de este proceso y aunque mi articulo no sea el más llamativo, con que una persona logre identificarse conmigo y darle pensamiento a esto, es suficiente. Por eso es importante a veces romper las reglas y regar la voz. Si sabes que tienes influencia sobre el pensar de alguien, exhórtale a votar, invítalo a que le importe.
Ahora, mi duda no está en votar o no, pero por quién. Como puertorriqueña viviendo en Estados Unidos, siento aún más responsabilidad y peso sobre mi voto. El próximo presidente tendrá un papel importante en las relaciones con Puerto Rico. Ahora que no vivo en la isla es cuando más quiero opinar sobre las políticas de allá. Algunos vivirán mordidos por esto, queriendo restarle porcentaje de Boricua, pero de nuevo, esto me sorprende y hasta me divierte, ¿de cuándo acá Salí tan politiquera? No importa, no quiero volver atrás y si de algo me arrepiento es de no haber despertado más temprano. Hay que importarle, hay que envolverse y hay que hablarlo porque sino lo van a hacer por nosotros.
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