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Conectar en el presente: es la ocasión especial


“Sé feliz en el momento, es suficiente. El momento presente es lo único que necesitamos, nada más”. -Madre Teresa de Calcuta


Con el ajetreo de nuestras responsabilidades cotidianas, no es inusual experimentar algunos estresores, que podrían ser de origen: personal, ambiental, familiar, laboral, entre otros. Con el paso del tiempo sumamos herramientas a través de la tecnología, con el propósito de “facilitar” nuestra vida, pero pareciera que nos resta de la experiencia del momento presente. A veces pienso que la vida ha cambiado tanto, después de la invención del microondas, se espera que todo este rápido, sin esfuerzo, en un dos por tres. Coartar los procesos, limita el aprendizaje de la experiencia. en el 2006 se estrenó la película Click, en español Perdiendo el Control, en donde un padre de familia, con solo un click del control remoto adelantaba los tiempos, hasta llegar al punto en que se perdió la vida de sus hijos, la experiencia de su matrimonio y los éxitos profesionales. Al final, el protagonista recibe una segunda oportunidad, entonces decide tirar el control y comenzar a ser feliz con su familia.


En la vida real, la oportunidad es en el ahora, en el momento presente. Qué pasaría si nos detuviéramos un momento, en silencio, y nos hiciéramos conscientes de nuestra respiración, sentir el ritmo de nuestro corazón, este acto reflexivo tan sencillo, podría promover nuestra salud física y generar beneficios para nuestra salud mental y emocional. Nuestro cuerpo tiene la extraordinaria capacidad de reconocer cuando algo no marcha bien y si no lo escuchamos, se expresa a través de dolencias o enfermedades. Vivir de forma consciente en el presente nos acerca a un mejor entendimiento de quienes somos y qué necesitamos. Una de las actitudes que podemos iniciar a practicar es el estar conscientes de aquí y ahora, es en el momento presente donde podemos tomar decisiones, prestar atención a nuestro entorno, focalizar. Esta práctica no se realiza viviendo en el pasado o en el futuro, ya que son espacios que no regresan o no han sucedido. Traer a conciencia o ser conscientes, la atención plena, conocido como el Mindfulness, nos permite reconocer nuestra experiencia de vida. Conocer lo que está sucediendo, mientras pasa nos permite atender y focalizar, actuar para transformar.


En un mundo tan acelerado, tener tiempo consciente, y estar receptivas a aceptarnos, honrarnos, atendernos, sin juzgarnos, nos permite transformarnos y crecer. La vida no se realiza en un dos por tres, o es cuestión de un click. Como facilitadora certificada de Dancing Mindfulness, he podido experimentar los beneficios de incorporar la atención plena en mi vida. Al igual que en los y las participantes. Entre estos: mejor conocimiento sobre los procesos de autorregulación, concentración, atención, comunicación, no pasar juicio, vivir la experiencia, autocuidado, creatividad, sanación, manejo de estrés, entre otros. ¡Es un proceso! Aprendemos a reconocer y conocer las necesidades de nuestro cuerpo, mente y espíritu. el movimiento promueve el ritmo y comunicación interna y nos permite contactar con nuestro entorno. "La mejor manera de capturar momentos es prestar atención. Esta es la forma en que cultivamos la atención plena", (Jon Kabat-Zinn).





Quiero compartirles una historia que escuché hace mucho tiempo. En un pequeño poblado vivía una mujer que se compró un vestido para una ocasión especial. Lo guardó con mucho cuidado, lo envolvió en papel, para conservarlo y lo colocó en una caja. Pasado los días, la mujer fue invitada al cumpleaños de una amiga, pero no se puso el vestido. Fue invitada a un bautismo, pero no se puso el vestido. Recibió invitaciones y surgieron actividades durante, semanas, meses, hasta años; pero ella no encontraba “su ocasión especial”. Un día , el pueblo donde vivía la mujer, fue azotado por una gran tormenta que trajo mucha lluvia, tanto así, que las casas se inundaron; la de la mujer no fue la excepción. ¡El agua llegó a niveles sorprendentes! Pasado unos días, cuando el agua se disipó, la mujer pudo llegar a su casa. Lo primero que buscó fue la caja con su vestido, el que había guardado para una ocasión especial, pero lo que halló fue un vestido desecho. Ya no podía usarlo. ¡No tenía vestido para una ocasión especial y se lamentó de haber esperado tanto!


Mas allá del vestido, está historia nos plantea el deseo de esta mujer por encontrar “su ocasión especial”. Al parecer dejó pasar muchas, porque no le vio el valor en su momento, a todo lo hermoso que estaba a su alrededor. ¡La vida en sí, es una ocasión especial! Disfruta cada día de ella, vive con atención plena. A veces nos decimos: “cuando termine, cuando me case, cuando tenga el ascenso, en fin, nos olvidamos de estar presentes en el aquí y ahora”. ¡Tu mejor momento es este, el ahora! ¡Hoy disfruta cada detalle, conecta en el presente! ¡Tu vida es la ocasión especial!

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