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Productividad vs. Procrastinación

Existen muchas definiciones sobre los términos de productividad y procrastinación que me gustaría simplificar desde mi experiencia. La productividad está asociada al logro de objetivos precisos, en el menor tiempo posible, manejando efectivamente los recursos disponibles. La procrastinación en cambio es la postergación de objetivos, tareas y actividades importantes, producto de la incapacidad de gestionar emociones desafiantes y estados de ánimo negativos: frustración, inseguridad, ansiedad.

Hoy día hay una necesidad imperante de ser productivos y ante esta necesidad es importante preguntarnos: ¿Qué es para mí la productividad? ¿Esta aparente competencia por ser productivos es sobre nosotros mismos o más bien acerca del mundo exterior?

Hay teorías que apuntan a que en las mañanas es cuando podemos experimentar los pico más altos de productividad para ejecutar actividades que involucren procesos creativos y toma de decisiones críticas, otras teorías recomiendan además desarrollar estas tareas en bloques de 90 minutos. Sin embargo es importante, desde la bioindividualidad, poder identificar en que momentos y en que bloques de tiempo logramos ser particularmente creativos y tener mayor concentración, esta distinción individual va a ofrecerte una perspectiva más realista sobre las ventajas y limitaciones para ser productivo.

Dentro de los bloques de tiempo es vital sincerar, nuevamente desde de una perspectiva realista e individual, cuántas actividades diarias puedes llevar a cabo en un día y cuánto tiempo te demanda accionar cada una de ellas. Un ejemplo clásico es enlistar 25 actividades para un día, cuando sólo es real ejercer entre 5 y 7 de esas actividades. Entonces cabe preguntar: ¿Estoy motivando la procrastinación o la productividad?

Cuando las tareas que eliges llevar a cabo van a acompañadas de “debo o tengo que hacer…” motivamos a la procrastinación, mientras que en el “querer hacer” podemos conseguir más fluidamente la productividad. El estar consciente sobre qué tan presente está en nuestro lenguaje el debo, tengo y quiero para expresarnos sobre el hacer, es un ejercicio interesante que revela donde esta nuestro enfoque, da una visión adelantada del posible resultado y si está alineado con nuestro propósito.

El alcance de la productividad está íntimamente relacionado con la claridad en el propósito y la determinación de la lista de tareas que deben llevarse a cabo, dentro de los tiempos y con los recursos específicos. Esta estructura general ofrece un enfoque real sobre la viabilidad y cumplimiento del objetivo.

¿Cuál ha sido el momento donde has alcanzado tu mayor productividad y que emoción te generó? ¿Cómo lo lograste?

Lo que se necesita para ser productivo depende de cada persona. Identificar que actividades o tareas postergas y cuales ejecutas y te dará claridad sobre tu intención real y tu nivel de compromiso. ¿A qué quieres comprometerte a partir de ahora?

Admiro a las personas que logran con naturalidad la productividad en la mayoría de sus días, pero admiro más a los perseverantes que aunque se les dificulta lograrla, no dejan de desafiarse a sí mismos todos los días para alcanzarla.

 

Rosairene Hurtado. @rosairenehurtado

Lic. En Ciencias Gerenciales Mención Logística.

Coach de Familias certificada por Family and Coaching Academy Orlando, Florida.

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