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Lecciones de mi padre


Gozo del privilegio de contar con un padre excepcional. Digo privilegio porque me consta que no todos gozan de tener uno presente en sus vidas. Por distintas razones, que no falta explicar con detalle porque son historias que escuchamos diariamente; a través de un amigo o amiga, un vecino, un compañero de escuela, del trabajo, y hasta de tu mismo padre. Mi papá ha sido gran ejemplo del rol que conlleva ser un padre, me ha enseñado un sin número de cosas. Desde cambiar la goma a mi carro, hasta pintarme el pelo; sí mi padre sabe pintar cabellos y me enteré un día que lo vi tiñendo el cabello a mi mamá. Pero entre tantas cosas que me pudo y continúa enseñando, de él aprendí que para lograr una meta hay que soñarla y trabajar duro para conseguirla. Aprendí que el apoyo incondicional de un padre a sus hijos nunca termina, no importa cuán cansado, cuántas peleas o cuántas dificultades como hija pueda dar, allí estará en el camino para mover la roca que me impide continuar.

Aprendí de mi papá el valor de la familia y las tradiciones, la importancia que le da a ambos valores podría parecer absurda pero son el mejor regalo que me ha dado. Aprendí de la fortaleza que mostró tener durante los momentos de mayor angustia y preocupación ya sea por trabajo, enfermedad o pérdida de un familiar. Gracias a él, hoy, me apasiona el turismo y dedico mi vida a enseñar a esos futuros profesionales de la industria turística. Aclarando que no viajamos el mundo, pero sí cada rincón de mi Isla del Encanto y las bellezas que, hoy teniendo la oportunidad de visitar otros países, nada se compara con Puerto Rico.

Aunque jamás olvidaré el primer viaje a mis 18 años junto a mi padre y hermana mayor, visitando por primera vez los parques temáticos de Orlando, Florida. Allí aprendí de mi padre lo que era ser valiente, con todo y terror a las montañas rusas, nos complació montándose en cada una de las allí presentes. Puedo continuar una lista infinita de cosas que he aprendido de mi padre, pero la más importante es el amor.

El amor que mi papá tiene para sus hijos e hijas, sumado a nietos y nietas. Sé que es infinito, es tan grande que se le sale por los poros y no puede disimular. Un amor a tal punto, que mis hermanos coincidirían en el hecho, que si él pudiera nos tendría a todos viviendo bajo el mismo techo con tal de vernos todos los días y todas las noches. Ese amor que nos tiene y nos demuestra cada día, es la mayor lección de todas. Amar infinitamente. Gracias papá, y feliz día de los padres.

 

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