Profes, en medio de esta pandemia, lo estamos haciendo bien
"Enseñar es un ejercicio de inmortalidad."
- Ruben Alves
Profes queridos, del mundo, a mis incansables compañeros de trabajo.
Aprovecho esta valiosa ocasión para escribirles una carta de agradecimiento, porque ustedes, quienes han sido tachados y discriminados por algunas personas odiosas, están haciendo una labor increíble.
Nadie, en ninguna película de ciencia ficción, de esas que profetizan el fin del mundo tomó en cuenta la labor de los educadores. Vemos a los grandes directores de Hollywood resaltar el trabajo de los médicos, de los militares, de los científicos, pero nunca nadie tomó en cuenta a los docentes.
Nadie se imaginó que, pese a las dificultades mundiales e incluso propias, los maestros asumirían el rol de estar todos los días y durante largas jornadas frente a una pantalla, atendiendo a sus estudiantes con una sonrisa, con diapositivas hermosas e incluso consiguiendo un tablero acrílico prestado, para exponer sus fórmulas matemáticas. Nadie imaginó que profesores de todas las edades tendrían que adecuarse a un sistema virtual en una semana y mucho menos que lo asumirían con la dignidad de quien lo ha hecho toda su vida.
A ustedes profes, mis respetos y mi cariño. A ustedes, que aunque el estómago les duele, que tienen las lágrimas a punto de brotar, siguen ahí cumplidos, colocándose sus uniformes, peinándose y maquillándose para que los niños no noten su tristeza y puedan continuar con su formación educativa.
A ustedes extiendo mis abrazos, ahora virtuales, para decirles que esto va a pasar tarde o temprano y que ustedes serán los héroes de muchos estudiantes, que ustedes se quedarán en sus corazones y formarán parte de la historia de sus vidas. Esto va a pasar y ellos van a crecer, pero algunos de ustedes dejarán huellas en sus corazones. A lo mejor se acordarán de los experimentos, puede que recuerden el libro que analizaron en clases, de pronto les cause gracia algún chiste, pero nunca van a olvidar a aquel profesor que les preguntaba cómo se sentían y que además de enseñarles alguna materia, también se convirtió en apoyo emocional ante varios meses de aislamiento.
Profe, no importa que los papás no entiendan que también tienes familia, no importa que ellos no comprendan que te lleva más tiempo del habitual preparar tus clases, puede que no piensen que el dinero que pagan por la educación de sus hijos a veces es insignificante, en comparación al valor qué tú tienes, porque nuestra mayor satisfacción es estar haciendo lo correcto. Porque profes, lo estamos haciendo bien.
*Periodista y Docente
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