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Un like no es suficiente


Todas las redes sociales tienen un fin en común: que seamos “likeados” por los demás. Un like en Facebook significa que a la persona le gustó lo que pusiste o que reconoce tu presencia en la web. Dar likes ahora es como respirar, se hace sin pensarlo dos veces. Son muy pocas las que leen un párrafo completo o meditan sobre el significado de una historia en las redes.

Este mundo de los likes no sería tan malo si no fuera porque esconde al peor enemigo de la humanidad. Muchos de los likes que damos no son ni siquiera para que la otra persona se sienta bien, sino para sentirnos bien nosotras. Si vemos una historia que nos mueve, like. Si una amiga postea su último logro, like. Si nació un nuevo bebé, like. Si alguien está haciendo algo para ayudar a los demás, like. Y es en este último renglón donde hemos perdido demasiado.

Nuestros likes han sustituido nuestra acción. Ya no formamos parte de los movimientos ciudadanos para mejorar nuestras comunidades, ni planificamos proyectos solas o en grupos para actuar solidariamente con los demás. Nos hemos acostumbrado a darle like a los que hacen los demás y con eso tenemos. Pensamos que nuestro like es apoyo suficiente para lo que otros hacen. A veces hasta le damos share y nos sentimos aún mejor. Nos engañamos pensando que somos parte del cambio o, peor aún, del esfuerzo.

No quiero que piensen que estoy en contra de los likes o las redes sociales. Muchas iniciativas de cambio han comenzado o se han propagado a través de las redes. Hace poco vimos cómo esto puede hasta cambiar gobiernos. No, no estoy en contra de la utilización de las redes sociales para interactuar, pero sí en contra de que las utilicemos como sustitutos para nuestra acción.

Estamos pasando por momentos difíciles con esto del coronavirus. Nadie sabe cuándo ni cómo volveremos a nuestras vidas “normales”. En medio del miedo, inseguridad e incertidumbre que nos arropan, debemos aprovechar para utilizar las redes mas allá de los likes. Hay mucho que se puede hacer virtualmente para luego llevarlo a la práctica realmente. Podemos, por ejemplo, enviar mensajes y establecer conversaciones con personas que no frecuentamos; compartir información fidedigna sobre los asuntos más importantes dentro de esta tragedia o apreciar y dar aliento a los que están trabajando en la calle para salvar nuestras vidas.

Debemos aprovechar estos tiempos para planificar nuestra reacción a la pandemia. Busquemos formas de unirnos en la lucha para transformar nuestra sociedades, para ser más conscientes de los problemas que enfrentan otros, para exigir más de nuestros gobiernos y no seguir votando como burras. Debemos comenzar a establecer las redes de apoyo que utilizaremos una vez termine esta crisis.

Dar like no hace la diferencia. Actuar hace la diferencia. Comencemos a actuar ya.

 

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