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Transforma tu excusa


No tengo tiempo. Es que yo vivo muy lejos. No tengo a nadie que me ayude. No hay forma que baje de peso. El dinero no me alcanza, por eso no puedo…

Por favor, deja la excusa, transfórmala a tu razón de ser. ¿No tienes tiempo para meditar, hacer ejercicios, ponerte a dieta, compartir con seres queridos? ¿Te sientes sola? ¿No encuentras cómo salir adelante pues no ganas suficiente dinero?

Muchas personas prefieren echarle la culpa de sus errores o desdichas a otro. Es más fácil que admitir que no tuve la valentía de hacer algo al respecto. No fue que perdí el partido, es que hacía mucho calor. No es que me colgué en el examen porque no estudié lo suficiente, es que el profesor no sirve. No es que no he desarrollado las destrezas gerenciales necesarias, es que mi jefe es un machista y por eso no me dan el aumento que me merezco.

¿Qué te parece si en este año aprendes a transformar tus excusas en tus propósitos?

Precisamente, cuando cambias tu manera de ver las cosas, cuando cambias tu manera de pensar y tu actitud, transformas tu vida. La gran pregunta es, ¿cómo transformo mi excusa en mi propósito?

Aunque es sencillo, requiere disciplina. Consigue una libreta (o si prefieres en tu computadora) y comienza escribiendo todo lo que te molesta o no te gusta de tu vida. Para cada una, identifica porque es como es. Es decir, identifica la excusa. Por ejemplo, Me molesta que todos los meses tengo deudas que no puedo pagar. La excusa puede ser, porque me pagan muy poco en mi trabajo. O puede ser, porque mi exmarido me dejó y no me pasa una pensión. O, porque mis padres están enfermos y ninguno de mis hermanos quieren ayudar a cuidarlos. Como ves pueden haber muchas situaciones por el cual el dinero no te alcanza.

Ahora, transforma la excusa y conviértela en tu propósito. Escribe una meta, positiva, con sentimiento, que te haga sentir con la voluntad y el ánimo de hacerla una realidad. Por ejemplo, Me siento feliz porque tengo el dinero que necesito para vivir tranquila y cómodamente. Enfócate en tu propósito y siéntelo. ¿Cómo te sientes teniendo todo el dinero que necesitas? En vez de enfocarte en lo que te molesta, en tu excusa, enfócate en la meta y como te sientes una vez la obtengas. Mira, lee y siente a diario estas metas que has escrito. ¿De verdad quieres sentirte mejor? ¿O estás cómoda con tu excusa?

Una vez logres seguir este proceso automáticamente, habrás mejorado tu actitud ante la vida y sabrás que has transformado tu excusa en tu propósito. Ya es hora, tú puedes, empieza a gozar de tus logros.

 

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