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Crear es Crecer


“El mundo de la realidad tiene sus límites, el mundo de la imaginación no”.

-Jean-Jacques Rousseau

En el campo de la psicología se habla de conceptos o términos como inteligencia,

habilidades, aptitudes y creatividad. Este último es definido como una capacidad para

resolver problemas. Desde niña escuchaba decir que: “la necesidad es la madre de la

invención”, según dicta un refrán de sabiduría popular. El cual nos lleva a pensar que, bajo

cualquier circunstancia, se logran activar, desarrollar o crear alternativas que solucionen o

faciliten algún proceso en nuestras vidas.

En un sentido más práctico, le llamamos creatividad a la habilidad o capacidad que presenta

los siguientes componentes: crear, imaginar, e inventar. La habilidad de combinar estos

elementos sienta las bases para la creación. Los seres humanos, por naturaleza necesitamos

crear . Es tan vital como comer o respirar; ya que a través del proceso creativo, podemos

conectar con nosotros mismos, otros individuos y nuestro entorno. Entonces, la tarea

creadora, dentro de toda actividad humana, terminará transformando y generando algo nuevo

en nuestras vidas. Los procesos creativos promueven la evolución y transformación, de los

seres humanos y su ambiente.

En nuestro entorno, podemos hallar las herramientas de comunicación que necesitamos para

expresar nuestras ideas y manifestar nuestro poder creativo. Hablar a través de las

expresiones artísticas es una de ella. La artes como: la pintura, el barro, el juego, la danza, la

música, las marionetas, la escritura, la poesía, el teatro, el dibujo, entre otras; son vías o

instrumentos que nos ayudan a liberar nuestra capacidad creadora. Las expresiones creativas

se hallan en nuestro día a día, aunque a veces puedan pasar inadvertidas. En mi hogar

aprendí que: “donde come uno, comen dos”, y fui testigo de cómo en la cocina se creaba

(solucionaba) para compartir los alimentos, a eso le llamo yo ¡crear! Existen otras formas de

expresar nuestra creatividad, por ejemplo: en la decoración y arreglo del hogar, en la

vestimenta que utilizamos, como arreglamos nuestro cabello, en las tareas/ proyectos de la

escuela , universidad o trabajo, en fin, cada oportunidad que tenemos para transformar o

cambiar una circunstancia...estamos creando. La creatividad es un acto de fe que es necesario

ejercer mediante la práctica. A través de los detalles que se hallan en las experiencias

cotidianas podemos vivenciar el ritmo, y la voz de nuestro ser creativo. Es importante

mantener un diálogo abierto y fructífero con nuestro propio ser. Crear nos permite crecer,

conectar y confiar. Nos abre las puertas para la sanación y el autodescubrimiento.

Al crear nos damos permiso para: expresarnos, conectamos, transformamos nuestro estado

anímico, nos permite solucionar problemas de forma más afirmativa, nos nutre emocional y

mentalmente, entre otros beneficios. ¿ Cómo puedes desarrollar tu creatividad?

Algunas actividades sugerida son: las relacionadas con el arte, caminar, la escritura, creación

de un diario, actividades que involucren la naturaleza, mindfulness, danza, baile. Presta

atención a tu propio ser y escucharás esa voz interna que te anima a desarrollar tus

habilidades, y sobre todo a creer en ti. Cree, confía, crea, conecta y ¡crece!

 

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