Mi Inicial
Luego de Mi Autopsia, tengo la mente un poco más tranquila. Cuento con unas cuantas herramientas adicionales en mi arsenal, el espacio y la claridad necesaria para ver todo con sinceridad y así llegar a conclusiones acertadas sobre mi realidad. Al igual que las estaciones marcan cambios específicos en el tiempo, mi vida también ha estado marcada por una variedad de Temporadas...
Cada época está marcada por unos detalles únicos que le dan características individuales, claves para identificarlas fácilmente. Donde vivo las diferencias no son tan visibles pero cada vez que me percato de una leve variación, puedo apreciar la alteración al momento y distinguir con agilidad la llegada de otra Temporada. Son eventos de los cuales no se habla, situaciones inesperadas para las cuales no estaba preparada a enfrentar, para las que no tenía ni el tiempo ni la energía necesaria para invertirle y desgraciadamente me sacudieron sin piedad alguna. De repente, tuve que guarecerme de una intensa lluvia de comentarios y juicios sobre el desintegro de mi entorno porque todos a mi alrededor se convirtieron en expertos conocedores del pronóstico de los cambios en Temporadas. Todo cambió radicalmente, mi rebaño se desintegró y me encontré con una manada desaparecida porque casi todos migraron buscando proteger a sus Recios en otro lugar, ya no era bienvenida. Me marcaron permanentemente con la Inicial.
Cuando me encuentro con alguien por casualidad, usualmente tienen detalles específicos de mi Temporada. Siempre suele suceder un ritual incómodo que por lo general tiene el mismo desenlace, no importa la persona: “Hola! Cómo estás?” Pregunto por cortesía y educación mientras respiro profundo, rogando en silencio con toda mi alma a cualquier ser supremo que me esté escuchando para que intervenga por mi, se apiade para que no lo haga, que no lo haga, que no lo haga, porfa, plis! Cruzo todo lo que puedo (los dedos de las manos, los pies, los brazos), me trinco por todos lados, pero no me sirve de nada! Es en ese momento donde comienza el proceso, no falla. Lo veo todo en cámara lenta...su expresión facial cambia y puedo ver claramente su recorrido de emociones que despega con lástima, pena y aterriza forzosamente con un temor paralizante al realizar que puede ser víctima de una parada en la misma Estación que yo. Todo esto seguido por un movimiento inconsciente, rápido, fluido entre la cabeza y la cadera hacia el mismo lado acompañado de la pregunta típica que siempre se presenta con voz suave y tenue mezclada con unos leves trasfondos de horror y angustia...”estás bien?” Pero el intercambio no termina ahí, falta el comentario clásico con el tono de asombro y espanto: “tu tan linda y sin pareja. No te preocupes que ya mismo llega”...
Los ruegos por la general no me funcionan, exhalo profundamente y me destrinco. En ese momento me reafirmo que todavía me queda tiempo por vivir, que todavía hay fortaleza corriendo por mis venas. Transformo mi lástima en valor, me obligo a levantar la cabeza lo más alto que puedo y con una satisfacción increíble, con un Flow más poderoso que el de la Reina del Sur me saco la cubana que llevo colgada del cuello la cual carga todo el peso de los errores que cometí, todo el dolor y tristeza que sobrepasé. Ahí está en vitrina, con un resplandor cegador para que todos la puedan ver, reconocer y apreciar... Mi Incial D.
La letra escarlata que cargo todos los días como si estuviera tatuada a mi ser, recordándome que lo que hasta ahora no me ha matado, me ha hecho más fuerte. Que aunque ésta Temporada no es mi favorita, estoy clara que es pasajera. Ésta es mi realidad pero no es eternal, cargaré mi inicial con orgullo, con dignidad y Confianza porque aunque no era el final que había anticipado para mi y mi familia, es el que nos ha tocado vivir. Siempre la tendré pegada a mi corazón para no olvidar los errores que cometí y todo lo que aprendí de ellos. Estoy lista para amplificar en exceso todas las bendiciones que tengo y las que están por venir ya sea con lluvia o con sol, con frío o calor porque tengo la certeza que voy a estar bien con pareja o sin pareja y seguiré en mi viaje, campantemente, con la frente en alto.