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Mujer, sexualidad, ahora.


Es hora de entender. También es hora de hacer, cambiar y progresar. Las mujeres estamos en medio de un llamado que trasciende familias, comunidades, países y continentes; un llamado a ser parte del cambio que nuestro planeta necesita. Lo que estás viendo en las noticias sobre mujeres que levantan su voz contra la violencia sexual de todo tiempo no es casualidad. Desde la actriz famosa hasta le persona desconocida en un hogar lejano, las mujeres estamos despertando al valor que tenemos callado y que es hora de hacer público.

Durante miles de años la mujer ha sido el motor de las sociedades y su rol hasta el momento no ha sido reconocido. Los adelantos en la comunicación mundial nos permiten ahora ser parte de un globalismo femenino positivo, aún desde nuestro balcón en el campo más lejano de la isla. Es un momento que tenemos que aprovechar.

La educación sexual es, quizás, el problema más apremiante que enfrentamos. Las mujeres hemos sido marginadas, atacadas y exterminadas por visiones que no se conforman con la realidad humana. Son incontables las mujeres que han sufrido violencia activa o pasiva por el simple hecho de ser mujer. Nuestros cuerpos han sido víctimas de guerras, religiones, gobiernos, machos y hasta de otras mujeres. Nuestras mentes también han sido golpeadas salvajemente. Aún hoy, muchas mujeres siguen presas de esa violencia, incluso en países como el nuestro donde nos damos “la patá” de ser del primer mundo, de saberlo todo.

Si estás interesada en hacer algo al respecto, te invito a que sigas leyendo. Lo que te voy a decir tiene consecuencias. ¡Luego de leerlo tienes que hacer algo!

Sexualidad y tú

Cuando de sexualidad se trata es importante que todos a tu alrededor (y lejos) sepan que el tema no se limita al sexo. El acto sexual es solo una de las expresiones de sexualidad. Enseña a tus hijos e hijas, a tu pareja, a tu familia, amigos y comunidad la importancia de que no se limite la atención de la sexualidad a simples actos de sexo. Ese cambio en mentalidad producirá cambios en las actitudes que tomamos hacia la sexualidad y el sexo. También producirá sociedades más dispuestas a tratar abiertamente lo bueno y lo malo de la forma en que atendemos la sexualidad y provocará una educación sexual más saludable. Recuerda que el desconocimiento, el silencio, solo sirven para que sigamos siendo víctimas de prácticas sexuales erróneas o violentas.

Sexo y tú

No, no, no es pecado que te guste el sexo. Repítelo un millón de veces. Créelo. Practícalo. Comienza por ti, por aprender sobre las relaciones sexuales y sobre lo que te gusta y no te gusta en ellas. No dejes que nadie decida por ti lo que debes o no debes hacer, creer y sentir en el sexo y sobre el sexo. Expande tu conversación más allá de tu amigas. Lee. Pregunta. Si tienes relaciones sexuales saludables, completas, satisfactorias (¡TÚ DEFINES CUÁLES SON ESAS!), encontrarás que se abre un nuevo mundo para ti y para los tuyos. Busca TU felicidad sexual.

Sexualidad y los demás

No juzgues. No cierres tu mente ni tu alma a las posibilidades de aceptar y apoyar a los demás. No permitas que tus prejuicios o creencias te hagan esclava de sentimientos negativos hacia otros por el simple hecho de que expresan su sexualidad de forma distinta a la tuya. Recuerda que tu creencia sobre lo “bueno y lo malo” es un producto de la forma en que fuiste educada, no una realidad científica o universal. Muchas sociedades viven creyendo cosas fundamentalmente distintas a las tuyas y han logrado armonía, comprensión y apoyo en esa convivencia. El hecho de que otros expresen su sexualidad de forma distinta a la tuya debe ser tan importante para ti como el que lleven el pelo, los zapatos o la cartera distinta a la tuya. Si te fijas bien, si dejas atrás los prejuicios que otros plantaron en tu mente, verás que los demás tienen el mismo valor humano que tú.

Sexualidad y país

Los gobiernos tienen un interés en cierto tipo de conductas sexuales. La sexualidad siempre ha sido motivo de políticas dirigidas a perpetuar el poder de unos grupos, fomentar ciertas creencias o asegurar la continuación de la especie (la especie nacional, esto es). Cuestiona, analiza, levanta tu voz contra las políticas educativas que perpetúan la violencia de género y el oscurantismo. Nuestra sociedad tiene que ser equitativa y no podemos permitir que la sexualidad siga siendo la espada donde se masacran grupos completos para proteger visiones de mundo o poderes que no responden al bienestar del pueblo.

Sexualidad y mujer

Libérate. Suena cheesy, pero es 100% cierto. Libérate. No dejes que la mujer sea definida por actitudes sexuales que nos encadenan. Libérate. Solo liberada podrás ser todo lo que quieres y podrás darle a tus seres queridos las armas que necesitan. Libérate. Tú, liberada, puedes hacer que tu hijos, tu pareja, tu familia, tu comunidad y tu país tomen por fin el rumbo del verdadero progreso. Libérate. Cuando eres libre comprendes tu rol, tu glorioso rol, en la lucha por la equidad. Cuando eres libre puedes hablar, debatir y enfrentar las luchas de forma efectiva. ¡Libre eres poderosa!

* * *

Mujer, nuestro tiempo ha llegado. En el debate sobre sexualidad y sexo, somos nosotras quienes tenemos que liderar. La vida se nos va, literalmente, en ello. Te invito a que tomes la decisión más importante de tu vida. Edúcate sobre ti misma, sobre tu sexo y tu sexualidad. Aprende sobre tu poder para cambiar a quienes tienes cerca y lejos. Convierte cada nuevo conocimiento en una lección para tu vida y una oportunidad para enseñar a los demás. Ayuda a otras mujeres a crecer. Ayuda a otros hombres a crecer. Rompe, comenzando por ti, el ciclo de violencia sexual que hemos sufrido por tanto tiempo. Si te liberas sexualmente, serás el arma más poderosa que existe en la tierra contra la ignorancia, la violencia y el abuso del sexo y la sexualidad que vivimos.

Libérate.

 

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