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Que el CAMINO te sorprenda…


Hay momentos en tu vida donde tu camino se hace más complicado, donde las dudas asaltar tu destino y en algunas ocasiones pierdes el norte. Tal vez porque tu brújula dejo de funcionar temporeramente, o el mundo dejo de ser como lo conocías, o simplemente has vivido por tanto tiempo en automático que perdiste de vista la ruta.

Desde el momento en que tome la decisión de hacer el Camino de Santiago, mi vida comenzó a cambiar. Todos los eventos significativos empezaron a alinearse de una manera perfecta y con todo el sentido del mundo para lograr cumplir mi decisión. Luego de varios meses de preparativos, llego el momento de comenzar y con esta ansiedad de redescubrir la vida el 3 de junio del 2017 a las 7:14 am inicio la ruta. Y desde ese instante supe que todo lo que viviría en esa ruta iba a tener sentido.

Cuando estas preparada para la lección la vida de muestra al maestro. Fueron tanto momento donde te cuestionas porque estas allí porque estás haciendo eso. Lograr ser más fuerte que tu cansancio, que el frío, que el dolor físico, que tu mente cuestionándote todo el tiempo: ¿Qué haces aquí?, toma un taxi y vete!!!

Aprendí la diferencia y la importancia de las pausas, de los detentes, de los puntos finales y sobre todo de la fuerza interior que tienes y a veces de la única manera que surge es cuando no te queda otra opción. Saber que cada día era distinto, pero igual de hermoso y especial. Donde solo importa el presente y el cansancio te ayuda a comprender estos detalles. Confirmas que la mente es poderosa por lo cual debes controlarla a tu favor. Valoras cada bendición que tienes. Como el agua, los alimentos, la cama o un simple respiro después de haber subido un largo “repeche”. Te toca ser fuerte porque no tienes remedio, te toca arriesgarte porque no hay otra opción, tienes que seguir porque tienes que llegar a tu meta del día. Por que solo importa ese día.

En el camino te encuentras personas que solamente compartes un instante con ellas, otras que vienen y van y otras que se quedan contigo hasta completar la ruta, así como pasa en la vida. Y cada una de estas personas que encuentras en este camino tiene un propósito importante y debes dar gracias a Dios por esos momentos de encuentros. Lo que necesitas, Dios te lo otorga. A veces nos preocupamos tanto por que todo sea perfecto, que este en orden y que sea en el momento planificado que perdemos el tiempo de seguir avanzando. Y lo que no tienes no te hace falta y eso también es importante agradecerlo.

El camino es una analogía de la vida. Tu nunca esta preparado para vivir, pero aun así tomas la decisión de hacerlo dejando que el camino te sorprenda. El camino fue un paréntesis en mi vida, una oportunidad de estar conmigo y esa energía suprema que todo lo origina. Era tan brutal ver como todos los días la vida se levantaba ante mis ojos para presentarme lecciones de valor, consideración, perdón y crecimiento.

A veces es importante Lanzarte a vivir y olvídate si realmente tienes todo lo que necesitas. La vida se encarga de proveerte lo justamente necesario. Tienes la oportunidad de descubrir la magia en el valor de las pequeñas cosas y te encuentras con el espíritu de seres queridos como es el caso de mi abuela Carmen. Era extraño porque a veces no sabes a ciencia cierta donde debías caminar o que ruta seleccionar, pero como todo en la vida siempre aparece una señal divina que te guía por el camino correcto.

En el Camino, como en la vida, todo pasa…

Llegué a Santiago de Compostela en punto para las 2:00 pm avisado por las campanas de la catedral. Fue una sensación extraña porque, aunque habíamos caminado todas las etapas, sabía que era el comienzo de una nueva ruta para mí. Todo este diario lo tengo en mi mente, en mi esencia y en mi vibra como ser humano. Cada camino es diferente pero el mío fue trasformador, espiritual, único y muy, muy especial. Intercambie tantas cosas en esa ruta, deje muchas cosas, pero también recogí muchas más. Te purificas, te alivianas y la carga se vuelve menos pesas.

El Camino de Santiago fue un repaso intensivo de lo maravillosa que es la vida y que cada pequeño instante es un verdadero milagro. Luego de varios eventos complicados y dolorosos tengo que decir que el Camino de Santiago me regreso a la vida. Me ayudo a cerrar capítulos importantes en mi vida y abrir nuevos. Admito que gracias a esta ruta pude enfocarme nuevamente y saber que todo tiene una razón de ser. Tengo planes de repetirlo, pero aún no ha llegado el momento preciso para comenzar la travesía.

Busca tu espacio, tu norte, tu centro y date la oportunidad de descubrir la vida desde el interior. Tal Vez no tienes que caminar 127 kilómetros para encontrar tú ruta, solo tienes que decidir y comenzar a caminar…. ¡Buen camino pelegrina!

 

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