La burbuja
Ahora cierra tus ojos mientras piensas en esto. Bueno, no los cierres porque no me puedes leer. Pero toma tu tiempo para respirar profundo, relájate, siente el aire, busca la felicidad, la calma, en pocas palabras, la libertad. Toda la vida crecemos con tantos tabúes, con tantos miedos, atadas a una sociedad que nos margina como objetos de oficio, de placer. Si no es por una mulata que se atrevió hace unos años a defender los derechos de las mujeres, todavía estuviéramos atadas a la oscura realidad. Y lo cierto es que aún vivimos en la sombra de muchos males sociales. Y hoy quiero hablarte sobre la libertad. Qué concepto tan amplio. Qué difícil ha sido siempre la libre expresión, qué difícil es revelar nuestra preferencia sexual; incluso, qué difícil es caminar con una toalla sanitaria al baño. Hasta la naturaleza femenina nos avergüenza y la pregunta es por qué. Y la respuesta a eso, es que la culpa es de nosotras, por siempre creernos que somos opacas a todo.
Hoy día es tan complejo ser real, es tan cuesta arriba querer ser uno misma. Porque todo lo critican, lo burlan, o sencillamente lo juzgan. Si usamos ropa corta somos unas vulgares; si nos vestimos demasiado recatadas, “¡Ay qué conservadora!”. Si somos lesbianas no entramos al reino de los cielos, ¡Ah!, pero también si convivimos y hacemos nuestra vida con un masculino fornicamos y pecamos. Es que estoy tan harta de que me digan lo que debo hacer y lo que no. ¿Entonces, como se supone que yo viva en este mundo donde hasta lo más mínimo es juzgado? ¿Cómo puedo ser feliz si la propia sociedad me ataca, si incluso la familia por tantas tradiciones nos trata de llevar por una línea recta demasiado estricta? Y hablando de tradiciones; ¿Cuántas veces hemos tenido que renunciar a sueños o gustos por las malditas apariencias?
De verdad que vivir, crecer y madurar es más complejo de lo que una vez me explicaron. Incluso, hasta el placer sexual es un “issue”, acaso crees que tus padres te hicieron como el cuento de la cigüeña, por cierto, que cuento tan patético. Nuestros abuelos que miran con tanto cuidado este tema de la “sexualidad” , también se liberaron en algún momento sexualmente. Abuela, discúlpame si estas leyendo esto. Pensándolo bien, no me disculpes. Porque precisamente por esto tenemos esta situación tan compleja en nuestro diario vivir. Porque desde pequeños, desde las mentiritas más piadosas, desde las primeras enseñanzas, nos quieren mantener en una burbuja irrealista. Y cuando llegamos a grandes queremos comernos el mundo, queremos romper con ellas.
Así que yo te invito a liberarte, a ser feliz, a elegir por ti. Te invito a expresarte, a vestirte como quieras, a comer cuantas veces quieras, a no usar sostén, te invito a no tener miedo de refutar si crees en tus ideas. ¿Qué puede pasar? Que cambies el mundo como Rosa Park, así intentando una sociedad más igualitaria. ¡Wao!, se me acaban las palabras porque yo también he sido contagiada de una sociedad marginada. Por favor, rompe con esa burbuja.
Fabiola Feliciano Díaz
Estudiante de ingeniería química
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Foto por: James Felix, de @papayatropical