La cultura de la mujer
“La cultura no hace la gente: la gente hace la cultura. Si es cierto que la plena humanidad de las mujeres no es nuestra cultura, entonces podemos y debemos hacerla nuestra cultura.”
- Chimamanda Ngozi Adichie
Las puertorriqueñas tenemos muchas cualidades increíbles. Somos fuertes, luchadoras, resistentes y muchísimas otras cosas poderosas. Cuando nos proponemos algo usualmente lo obtenemos, porque sabemos que tenemos el poder para hacerlo. Sin embargo, hay cosas sumamente importantes para las cuales no logramos entender que hay premura, que son tan urgentes que no se pueden dejar para después ni para cuando sea el “momento apropiado.” Esas son las cosas que todavía no nos hemos propuesto lograr.
El mundo está cambiando rápidamente. Nuestro mundo está cambiando rápidamente. Cuando digo nuestro me refiero al mundo de las mujeres. Aunque en nuestro medios solo se filtren noticias de alto impacto mediático, como el movimiento #metoo y las gestiones de algunas mujeres famosas, la realidad es que el balance del poder que hemos conocido hasta ahora está siendo estremecido por mujeres que se han dado a la tarea de luchar incansablemente y hombres que han comprendido que la equidad es el mejor camino para la humanidad.
Nos llegan a cuentagotas los ejemplos de noticias positivas y negativas sobre la mujer. Aunque estas noticias son difundidas por las agencias más grandes de mundo, raramente nos enteramos de lo que está pasando con las mujeres en otras partes del mundo. Esto se debe a muchos factores: falta de interés, poca cultura de lectura y menos de análisis, prevalencia de las redes sociales y su contenido liviano, dominio de unas pocas empresas sobre las noticias que vemos y una red muy pequeña y frágil de mujeres solidarias.
Las que estamos suscritas a temas de la mujer en los medios noticiosos mundiales vemos que a diario surgen noticias sobre el estado deplorable de los derechos humanos de las mujeres en muchos países, incluyendo aquellos que conocemos como “del primer mundo”. Pensamos que los atropellos contra las mujeres solo se dan en el Oriente Medio, Asia y algunos países pobres alrededor del planeta. Sin embargo, las mujeres continuamos siendo marginadas y atropelladas en países como los Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y muchos otros de la élite democrática mundial. En países que han alcanzado un alto nivel de desarrollo económico y tecnológico, como Japón, las mujeres sufren más que nunca el desprecio y la violación de sus derechos.
Igualmente, hay noticias positivas que aparecen a diario desde todos los rincones del mundo. Hay mujeres alcanzando logros en empresas, gobiernos y comunidades. Hay muchas que están comenzando proyectos de gran envergadura tanto en grupos como por sí mismas. En la ciencia, tecnología, ambiente, política, cultura y mucho quehaceres humanos estamos avanzando a pasos agigantados. Pero, en Puerto Rico somos todavía muy pocas.
Tenemos que comenzar un proyecto femenino de conocimiento. En este momento que vive la mujer en nuestro planeta las puertorriqueñas no podemos quedarnos sentadas en las gradas observando lo que pasa o, peor, permanecer ignorantes sobre las cosas buenas y malas que suceden con las mujeres en el ámbito local e internacional.
Hay quien lea estas palabras y piense: “Ya vienen a darme sermones. Yo sé mucho de esto.” Esa actitud es normal y es parte del condicionamiento al cual hemos estado sometidas por milenios. Si crees que sabes mucho, haz una prueba: Menciona diez grupos que luchan actualmente por los derechos de las mujeres en Puerto Rico. ¿No puedes? ¿ Qué tal cinco? ¿Tres? ¿Uno? Si no puedes, no te sientas mal. Siempre se nos trató como seres de segunda clase y se nos enseñó que con saber un poquito de todo teníamos para vivir. Pero no hay nada menos cierto. Nuestro potencial tiene que ser activado y explotado.
En Puerto Rico hay muchísimos grupos de mujeres luchando por todo tipo de cosas que nos afectan. Lo que pasa es que esas noticias raramente salen en los medios. Por eso hay que buscarlas. Igual que nos suscribimos a las noticias de nuestros artistas, equipos o partidos favoritos, debemos hacer nuestro propósito buscar esas noticias sobre mujeres y suscribirnos al contenido de medios que apoyen a las mujeres. Nada menos es aceptable para la mujer puertorriqueña.
Malala y Alexandria no son casualidades. Tampoco son tan diferentes como parecen a primera vista. Ella son nosotras, tú y yo. Ellas son mujeres que han vencido diferentes circunstancias adversas y han decidido abrir camino en lugares nunca antes pensados para que nosotras sepamos que podemos, que no hay adversario demasiado grande.
El mundo está pasando por un momento crítico. La equidad está siendo adelantada en todos los frentes y muy pronto será una realidad en muchas sociedades. La cultura de la equidad está siendo fomentada por mujeres valerosas en cada rincón del mundo. Esa debe ser nuestra cultura: la cultura de la mujer. Nosotras tenemos que decidir cuándo la equidad será nuestra realidad en Puerto Rico. Este es el momento. Tenemos las herramientas. Tenemos el poder para lograrlo. ¡Hagámoslo hoy!