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Mi mamá no me enseñó a cocinar


Mi mamá no me enseñó a cocinar. La mayoría de las personas que me escuchan decir esto, lo siguen con un ‘¿cómo va a ser eso?’, o un ‘muy mal.’ Eso es porque la mayoría de las personas tienen el mismo pensamiento tradicional y expectativas de la sociedad. Se nos enseñó que los ‘nenes con los nenes y las nenas con las nenas’ y que ‘los hombres hacen esto y las mujeres hacen lo otro’. Pues en mi casa, mi mamá trabajaba afuera y mi papá cocinaba y limpiaba. Mi mamá me llevaba a hacer deportes y mi papá iba conmigo a escoger el vestido de la ocasión. Nunca me dijeron ‘esto le toca a cada cual’. Siempre contrastaba con los arreglos familiares de mis compañeros de clase. Era imposible para ellos pensar que mi mamá no cocinaba todos los días.

¿Qué comes cuando sales de la escuela? Comía comida obviamente, pero no una típica comida criolla que me esperaba todos los días a las cuatro de la tarde. Mi mamá no cocinaba, muchas veces aún estaba trabajando, y si lo hacía no era arroz y habichuelas. Mi papá era un poco más talentoso en la cocina, pero aun así cuando llegaba tarde se comía un ‘cornflake’ o un ‘sandwichito light’ porque ‘a esa hora no se daban atracones’ según él, y además no pretendía que mami le cocinara luego de un día largo de trabajo.

No fue que me morí de hambre, no me faltó nada y Dalila no tiene nada de ‘mala madre.’ Mi mamá me enseñó que uno no debe depender de nadie, por lo tanto, nadie puede depender de mi cocina. Me demostró que se puede tener una familia y ser una mujer independiente a la vez. Me enseñó que no hay ‘roles asignados,’ que las cosas le tocan al que pueda. En mi casa crecí viendo a las mujeres y a los hombres iguales. Mi papá me cocinaba, me peinaba y fue el primero que me habló sobre la menstruación y lo que conllevaba. En mi casa todos se lavaban su propia ropa y recogía cada cual su reguero.

Me dieron otra perspectiva, y aprendí muy temprano en la vida lo que es ‘sentirse diferente’. Diferente pero confiada; confiada a que según mis padres lo lograron, yo lo lograría también. No aprendí a cocinar hasta que fui a la universidad y aunque es una habilidad muy útil para tener en la vida, no me sentía menos mujer que otras por no tenerlo. Aprendí que estas cosas no te definen y que no se le deben explicaciones a nadie.

Mi mamá me enseñó a amarme a mi sobre todas las cosas. Mi mamá no me enseñó a cocinar, ¡y qué bueno!

 

Andrea Paola Burgos Bula

Técnica de farmacia entre otras

Isabela, Puerto Rico

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