top of page

Entrevista del Día de las Madres con Leika J. García Gesualdo

Mujeres con Visión entrevista a Leika J. García Gesualdo, portada del mes de mayo y Mujer con Visión escogida para celebrar el Día de las Madres 2018.

MCV: Cuéntanos un poco de tu niñez y adolescencia, de tu familia y tus amigos.

LGG: Mi niñez fue en Humacao. Yo soy la mayor de tres hijas, una mamá dedicada a tiempo, corazón y alma completos al hogar y la crianza y un papá trabajando a tiempo completo para darnos una crianza privilegiada. Mami siempre ha sido una madre mucho más envuelta “que los demás” y papi estaba mucho más presente en nuestras actividades que otros padres. Mi mamá nos tenía en todas las actividades que nos gustaban: múltiples deportes, girl scouts, baile, cocina, costura, manualidades; mientras que papi nos ensenaba a pescar, cazar y jugar golf. Para ambos era importante que nuestra prioridad fueran los estudios, los valores y ser independientes. Tengo unos padres para los cuales fuimos siempre prioridad y quienes siempre se enfocaron en nosotras. Siempre me sentí amada, querida, protegida y acompañada.

Tener dos hermanas era muy divertido, como tener dos amigas siempre en casa. Mis amistades eran parte importante de mi vida. Tenía vecinos con quien siempre jugaba “en la calle” y amistades en la escuela que eran parte de mi familia. Conocía a sus padres, sus abuelos y sus hermanos. Fue una niñez y adolescencia intensa en oportunidades, experiencias y amor.

Ya en la escuela superior fui presidenta de mi clase, MVP en volleyball, valedictorian, campeona nacional en golf, mejor delegada de MNU en Puerto Rico, Yale University y Egipto, y tenía becas universitarias para estudiar pre-médica en los Estados Unidos.

Mañana se celebra el día de las madres. ¡Yo tengo la mejor mama del mundo! (Y tú que me lees también). Mami, quiero agradecerte por tu entrega activa, tu dedicación amorosa a ser mamá y por ser uno de mis más grandes amores y bendiciones siempre. Porque me consta que dejaste de ser de ti, para ser de nosotras. Y porque si logro ser un poco, solo un poco, como tú fuiste mamá, sé que voy a cumplir con mis hijos.

MCV: Tuviste la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades de los Estados Unidos. ¿Cómo llegaste hasta Duke?

LGG: Llegué a Duke de una manera práctica. La búsqueda de lo que iba a decidir ser “cuando grande” fue abrumadora, al punto que no fui precisa en mi decisión. No sabía cuál profesión quería y los consejeros en la escuela y la universidad no me ayudaron mas allá del slogan genérico de que con mi promedio y extracurriculares “podía estudiar cualquier cosa que quisiera”. A mí me gustaban muchas materias y como todo el mundo en aquel tiempo o estudiaba para ser médico, o abogado o ingeniero, me decidí por estudiar medicina. En retrospectiva, hay tantas ramificaciones de lo anterior que unido con un buen coaching/mentoring y considerar la personalidad y habilidades, pudieron dar paso una decisión de carrera. Ahora con mi experiencia me siento mejor preparada para ayudar a mis hijos a escoger si necesitan mi ayuda.

Con la ayuda practica de mi papá fue que llegué a Duke. No había internet para “ver las universidades”, así que él me hizo un listado de las mejores en el east coast (para poder estar potencialmente a solo un avión de distancia de casa) y que a su vez también tuvieran escuela de medicina para poder continuar mis estudios post graduados allí. Otro requisito que consideramos en la solicitudes fue que tuvieran becas u oportunidades en golf, además de educativas. Duke fue la universidad que “más dinero en beca me ofreció” y la escogimos. En realidad no sabía cuán buena universidad era hasta que estuve allí, pues entre mis amistades de high school que iban a estudiar a los Estados Unidos no “sonaba” mucho. Me sorprendí el año que me gradué y vi en una revista que Duke había quedado empate en segundo lugar como mejor universidad en los Estados Unidos (pero aún así no es Ivy League).

Llegué al campus con papi y entramos sin saber por la parte de atrás de un comedor y se veía horrible (Duke tiene uno de los campuses más hermosos de las universidades en los Estados Unidos, pero dado el lugar por donde entramos no fue mi primera impresión). Me puse a llorar pues tenía otra expectativa por lo que vi en el folleto de la universidad. Mas aún, estaba desconsolada que la cuidad no tuviera metro (como me acostumbré en los viajes de Naciones Unidas en Connecticut, Washington y New York), y ¡papi no me iba a comprar un carro! Por varias situaciones difíciles y que me hicieron crecer, tuve tres trabajos mientras estudiaba, me transportaba en bicicleta o pon, y me gradué en tres años. Si supiera lo que sé ahora, quizás tomaba la vida con más calma y me quedaba allí al menos seis para terminar el bachillerato. Mi experiencia universitaria fue excepcional. Estudié muchísimo, aprendí de una manera distinta, amé el proceso de aprender dentro de un campus lleno de actividades sociales y culturares, trabajé fuertemente mientras la mayoría de mis amigos tenían más tiempo libre y también hice grandes amistades que aún conservo. ¡Desearía que el programa educativo integral fuera accesible a más personas!

MCV: ¿Cuáles fueron tus experiencias más significativas?

LGG: Hasta este punto fueron la intensidad de cómo había vivido y las experiencias a las que había tenido acceso. Ya a los 21 años me graduaba luego de vivir independientemente lejos de mi familia, teniendo tres trabajos y visitando muchos lugares, incluyendo las pirámides en Egipto. Había sido reconocida como estudiante y mujer en mi escuela, mi cuidad y a nivel nacional, y pensaba que “ya lo había vivido casi todo”. Sentía una combinación de satisfacción total y desespero. Pensaba que superar lo que había logrado hasta ese entonces era abrumador solo de pensarlo. Sentía que debía lograrlo y a la vez solo quería bajar la intensidad.

Ahora me doy cuenta que tuve la oportunidad de vivir tan variada e intensamente -teniendo el apoyo, la dirección y la compañía de mi familia para hacerlo- que disfruté grandemente esta etapa y no siento que me haya quedado “algo por hacer”. La recuerdo con alegría y sintiéndome dichosa y complacida. Así que lo más significativo hasta aquí era poder sentirme realizada y capacitada para tomar las decisiones por venir.

MCV: Eres abogada. Sin embargo, decidiste tomar otro rumbo no relacionado a las leyes. ¿Por qué?

LGG: Mientras estudiaba leyes también trabajaba, pues no quise hacer préstamos y tenía que pagar renta, gastos y cosas del día a día. Trabajé en bufetes de tamaño mediano y grandes bufetes laborales y corporativos. Tuve un atisbo de lo que podría ser la vida luego de graduarme. En ese proceso tuve una desilusión con la utopía de lo que es la justicia. Me daba rabia como la corrupción moral estaba influenciando directamente la vida de personas en el sistema y cómo la burocracia patrocinada por intereses económicos ahogaba el proceso y sus resultados: me desenamoré profundamente. Además, tuve un profesor que no quiso proveer una de mis notas a tiempo y luego se vio obligado a darnos un examen que no había anunciado. Ya en ese punto estaba en la encrucijada de necesitar “slow down”, ya que había logrado muchísimas cosas a mi corta edad, y quería bajar la intensidad y “exigirme menos”. Me fui a vivir a España. Di clases de inglés, regresé a Puerto Rico y conseguí un trabajo en la manufactura.

MCV: ¿En qué trabajas actualmente?

LGG: Trabajo en una compañía técnica aeroespacial que me contrató para desarrollar un piloto de ‘outsourced services’. Creé y dirigí el ‘hub’ de servicios de Supply Chain más grande en Puerto Rico y dentro de la compañía. Tenía a mi cargo un grupo directo y una matriz de aproximadamente 200 personas (compradores, ingenieros de materiales, gerentes de contratos, especialistas en “compliance” y otros) entre Puerto Rico, México, Canadá y los Estados Unidos. A partir de ello mi modelo de globalización ha sido utilizado para otras empresas en Puerto Rico. De ahí comencé a dirigir la transformación global en seis industrias para los procesos de materiales (abastecimiento y obtención) y actualmente me enfoco en la parte estratégica a largo plazo de negociaciones en abastecimiento.

MCV: ¿Cuáles son tus proyectos profesionales futuros?

LGG: Ahora mismo me encuentro en uno de los mas grandes debates “existenciales” que me imagino tienen las madres profesionales: tu carrera o tu vida/familia (o que proporción). Tengo unas oportunidades a nivel profesional y otras a nivel personal presentes y me está costando justificar o creerle a todo el mundo que puedo continuar haciendo ambas a la vez con la misma intensidad y resultado como hasta ahora.

MCV: Tienes una niña y dos niños. Sabemos que has tomado un giro distinto en cuanto a todo lo que se relaciona a tu familia. Cuéntanos sobre tus tres partos.

LGG: Tengo tres tesoros: Thiago, Taianna y Tabeel.

Thiago nació por cesárea a las 40 semanas. La cesárea fue el resultado de una inducción innecesaria y, aunque yo me eduqué en preparación durante el embarazo, los engaños y las tretas del ginecólogo que me atendía de no haberlas vivido serían difíciles de creer. Fue anestesia general y me culpé mucho por no haber “estado consciente” acompañando a mi primogénito en su nacimiento. Creo que por eso me volqué en la lactancia. Documenté las irregularidades del médico en su cuidado en el embarazo y parto, y la falta de consentimiento informado, y recibí a vuelta de correo el expediente que le había solicitado y un dinero que cobró por servicios no prestados y que también facturó al plan médico. ¡Necesitamos abogados dispuestos a ayudar a que esto deje de suceder aceptando el reto de este tipo de casos!

La cesárea se me abrió y la recuperación fue difícil. Para Taianna, y ya con un toddler sabía que no quería otra cesárea, así que logré a las 38 semanas conseguir un médico excepcional que no solo aceptó dejarme parir bajo su cuidado médico, sino que me explicó por qué ambos embarazos no eran de alto riesgo contrario al miedo infundido por el anterior. Tay nació a las 42 semanas, luego de dos sesiones intensas de acupuntura para ayudar a comenzar el proceso de parto. Salí de madrugada desde Mayagüez hasta el hospital en Cayey y la parí sentada en una silla de parto, apoderada y en libertad de decidir. Así comencé a lactar tándem (los dos a la vez) y seguía trabajando y lactando a tiempo completo.

Cuando supe del embarazo de Tabeel le pedí a mi ginecólogo que esta vez fuera él quien llegara a Mayagüez. Tabeel nació entre la sala y la cocina de nuestra casa, con mis hijos, mi esposo, mamá, suegra, hermana, uno de mis sobrinos, mi doctor, doula y prima partera presentes; con olores de aceites esenciales, pastel de mangó en el horno y música de Estopa que en el momento más intenso pedí desesperada que la cambiaran. Nos la pasamos bailando y hablando, mis niños me ayudaron, me llenaron todos de amor y Tabeel nació en el agua a las 41 semanas. Para este parto me propuse disfrutármelo en buen ánimo y así fue. Así también es la vida: una decisión de actitud para enfrentar las cosas. Recuerdo que ese día trabajé desde casa y conectada remoto me despedí de mi equipo diciéndoles que ya las contracciones estaban muy intensas. Se fue la electricidad después del parto y estaba tan cansada que dormí las primeras dos noches en una butaca en la sala. Con un parto en casa es como me hubiera gustado celebrarles a mis otros dos hijos uno de los momentos mas importantes de la vida: nacer.

MCV: ¿Cómo visualizas la educación general de tus hijos y su vida, y qué haces para darle forma a esa visión?

LGG: Las ideas que tengo para la educación general de mis hijos no están formadas totalmente y son un ideal que busco alcanzar poco a poco y día a día. Pienso que esa búsqueda es difícil e injusta para mí porque también “me toca” trabajar a tiempo completo fuera de la casa. En la experiencia profesional y oportunidades que tuvimos, la alternativa para que mis hijos no tuvieran que ir a los dos meses a un cuido diurno fue que su papá se quedara con ellos. Yo, con el corazón roto (pues mil millones de veces preferiría ser yo la que estuviera con ellos en casa), me consuelo pensando que puedo proveerles esta oportunidad que quizás de otra manera no tendrían y que mi esposo apoyó esta decisión y estilo de vida para ellos.

Lo que quiero para la educación de mis hijos es el espacio para poder desarrollar sus habilidades y aprendizaje sin coartar su imaginación, interés y creatividad que no son siempre ni fácilmente posibles en el sistema tradicional con la rigidez educativa que aún tiene. Es un sistema educativo arcaico. Así que, sabiendo lo que no puedo cambiar, ahora mismo tengo que tenerlos en una escuela. He buscado ir transformando la experiencia que tienen día a día y ¡eso es bien difícil! Me rompo la cabeza y me quita el sueño. ¿Cómo lo hago? Hablando con sus maestras, pidiéndoles paciencia, que entiendan que los niños necesitan hablar, pararse, dar una vuelta; que maximicen el tiempo en el salón para que no sean esclavos del pupitre muchas horas y luego de las asignaciones. Hemos tenido la suerte de tener maestras muy buenas y maestras muy dispuestas y receptivas para trabajar directamente con nosotros. También, como todo, están las que no están preparadas para “desviarse”, las que no comparten la visión y las “humanas” ahogadas también en el mismo sistema que no las valora y no le permite hacer todo lo que desearían. Agradezco a todas esas que le han permitido a esta mama’ a pedirles que cambien la manera de enseñar e interactuar con mis niños en su salón.

También buscando actividades extracurriculares que les gusten o que puedan compaginarse con tres personalidades distintas (deportes, música, arte). Busco experiencias de vida para ellos: viajes o paseos, idiomas, obras de teatro, historias, comidas, cuentos, libros, experimentos; todo dentro de un marco de interacción familiar y con amistades. Y, a nivel personal como mujer y profesional, buscando la flexibilidad, inventiva y sacrificio para poder estar en sus actividades, coserle la ropa del ‘talent’ y prepararle los cumpleaños y regalos. No es lo que quiero (porque quiero otro tipo de educación y más interacción mía), pero es lo que puedo hacer al momento. Yo me calibro y me sincero con ellos de vez en cuando. Les pregunto cómo se sienten, que cambiarían, que añadirían y yo sé que aunque siempre me dicen que quisieran hacer homeschooling y estar más tiempo conmigo también me dicen que aman su vida, las oportunidades que tienen, que se disfrutan las cosas que hacen, que les gustan sus amigos, que de lo más importante para ellos es compartir en familia (abuelos, tías y primos), que no les cabe duda de que son lo más que amo y que siempre pueden contar conmigo y que son felices. Yo les dejo ver que soy una mama’ imperfecta y que está bien serlo y también comparto con ellos las cosas que haría distintas y lo que aprendo de los errores, los hago parte de algunos de mis planes y algunas de mis decisiones -pues muchas veces ver los problemas desde su visión da una mejor perspectiva y les surgen unas ideas maravillosas para solucionarlos o no solucionarlos.

Ahora me estoy rompiendo la cabeza pensando cómo evolucionar lo que hemos “logrado” hasta ahora en la escuela con los nenes. Como aún trabajo a tiempo completo, me he reunido con otras madres y proveedores para poder hablar sobre cómo comenzamos a diseñar una educación alternativa para madres que no podemos –o las que no quieren- hacer homeschooling. No sé si lo logre o si me decida por eso, pero en ese caso también estoy replanteando mis decisiones profesionales, el propósito de la vida y, hace unos años, comencé mi negocio donde proveo soluciones de salud emocional y física naturales y holísticas para el hogar, la escuela y el trabajo. Empodero a las personas en aprender a hacer lo mismo y ofrezco a otras personas iguales que yo la oportunidad de emprender su negocio de salud. Esta empresa personal nos ha liberado tanto tiempo y salud lo cual nos permite enfocarnos en disfrutar el tiempo libre con calidad y ganar eficiencia para productividad en el trabajo y la escuela! Tener tres niños enfermos para una mamá que trabaja fuera es terrible! Y gracias a Dios, nuestro estilo de vida y las soluciones que ahora proveo para otras familias no tengo que preocuparme por eso.

En cuanto al logro educacional que persigo, ya me hice de la idea de que no voy a poder ser tan buena y completa madre como mi mamá. Primero porque ella es única y se sacrificó de una manera irrepetible, y segundo porque tengo un trabajo fuera del hogar, la familia y la crianza. ¡También me di cuenta que he estado tratando de darle a mis hijos tanto lo que me dio mami como papi, pero yo soy solo una! Y por más que me faje y me sacrifique no lo voy a lograr. Tercero porque he decidido que aunque mi crianza y oportunidades de vida fueron privilegiadas, me prepararon y me dieron acceso a las oportunidades que he tenido, el mundo en el que viven mis hijos es distinto y yo quiero prepararlos para otras cosas: para ser independientes y auto suficientes en la búsqueda de sus pasiones, para creer sin dudar en ellos mismos (o que recuerden re-enfocarse y re-dirigirse ante las dudas) y para medir su éxito según sean felices con sus resultados. Quizás es una utopía, pero si hay algo que quisiera lograr en esta vida es dejarles un mundo donde sea posible lograr lo que quiero para ellos. O, al menos, dejarles ese entorno a ellos…

MCV: ¿Qué haces para garantizar el bienestar físico y mental de tus hijos?

LGG: Educarme, aprender, apoderarme, responsabilizarme y enseñarles. Tener hijos me cambió. El mismo día que los vi me di cuenta que era mi deber y responsabilidad asegurarme en cuanto a las decisiones que tomaría, pues las estaría tomando por ellos y ellos serán los que tendrán que vivir con las consecuencias. Internalizar eso es difícil y poderoso. Aceptar esa responsabilidad consciente es aceptar un trabajo sin experiencia y en marcha. Apoderamiento en el nacimiento, crianza con apego, pañales de tela, porteo, lactancia prolongada fue por donde comencé. Me daba terror pensar en el día que dejaría de lactar pues resolvía tantas cosas con la teta y la leche materna humana que no sabía con que la iba a sustituir. Diez años de lactancia después, ahora aprendo de la concientización en el conocimiento de la respuestas de nuestros cuerpos y las decisiones y cambios que necesitamos hacer en todo momento para cuidarnos física y mentalmente. Hemos hecho muchísimos cambios pequeños constantemente y a través de los años. ¡Nuestro cuerpo y nuestra mente son el vehículo y el hogar que aloja nuestra existencia! Yo quiero durar muchos anos en buen estado físico y mental para poder disfrutarme de mis hijos, y quiero que ellos puedan lograrlo también. El pasado sábado enterramos a mi abuelo y mis hijos lo adoraban. Mi abuelo fue un hombre bueno, que vivió con flexibilidad, paz, amor y fe muchos cambios en su vida y en el mundo, desde la Segunda Guerra Mundial hasta las videoconferencias por teléfono móvil. Yo quiero que mis hijos estén tan equipados como el para vivir en bienestar y salud el disfrutarse a sus biznietos.

En casa tenemos un botiquín natural mayormente compuesto de aceites esenciales puros de grado terapéutico. Es el mismo con el cual viajamos y aunque estemos fuera de Puerto Rico tengo todo lo que necesito para socorrerlos. Ese botiquín lo usamos para apoyar y manejar todas sus necesidades de salud física y emocional en la casa y en la escuela (y yo en el trabajo). Esto significa que ya sea que tienen influenza, infección de oído, virus del estómago, haya epidemia de piojos en la escuela, necesiten apoyo para enfocarse en los estudios, para dormir, se dieron un golpe o tienen un chichón, !lo que sea!, tanto ellos como su papá, sus abuelos o yo tenemos las herramientas que necesitamos para manejar estas cosas y sabemos cómo usarlas. Comprobamos después de Maria, que no había acceso a dinero, medicamentos en farmacias, a los médicos y los hospitales lo esencial que es estar saludables, conocer nuestros cuerpos y saber cómo manejar nosotros mismos muchas de nuestras necesidades de salud. Nosotros lo hacemos de manera natural y nos dedicamos a enseñar a otras familias a aprender y hacerlo también de acuerdo a las necesidades particulares de esa familia. Te podemos ayudamos a que construyas tu botiquín y protocolo de salud natural holística. Nos hemos convertido en asesores de salud y bienestar. Y este es un tema que me apasiona muchísimo pues estoy apoderando a madres y dándoles libertad y mejor calidad de vida de la mano de la crianza y la maternidad.

MCV: ¿Cuáles son los mayores retos que has enfrentado y enfrentas como madre, ejecutiva y empresaria?

LGG: Aceptar que el balance entre vida profesional y laboral es un ideal que necesita ser calibrado y que cuando sientes que estas logrando avanzar en la parte profesional realmente te estas sacrificando a ti como mujer. Darte cuenta que el sueño de “mujeres CEO” en la empresa tradicional generalmente ocurre en mujeres que si son madres han retomado su carrera profesional luego de muchos años para llegar allí o que han sacrificado su maternidad o ese “balance” en ella. Otros han sido luchar con el existente “machismo” laboral que ya es más sutil que la diferencia en salarios o acoso “de antes”, y se da de muchísimas otras formas. ¡Y muchísimos otros más, todos los días!

Quien es madre (multiplicado por el número de hijos) conoce la cantidad, diversidad y complejidad de imprevistos que pueden suceder diariamente y en cualquier momento. ¡Suma eso con un trabajo fuera de la casa! A veces pienso que o nos buscamos y creamos nuestras oportunidades, logramos llegar a posiciones más altas y nos olvidarnos de “cambiar el sistema”, o creamos un sistema nuevo. Yo he tenido la dicha de las oportunidades que surgieron de las cosas como están y como son, pero el precio y el sacrificio no es el que quisiera para los que vienen.

Necesitamos alianzas femeninas fortalecidas y dispuestas a aceptar la realidad y cambiarla. No es ajustar la mujer y la crianza al sistema, es ajustar el sistema. Dicen que aunque no se ve, la mujer es la pega que mantiene las familias unidas (sus hijos, sus padres, sus amigas). Y quien ve a una mujer sentada en su oficina de 8 a 5 no se imagina la cantidad de malabares que está teniendo que hacer para que no se derrumbe algo. Es una locura creer que una empleada mujer puede lograr mantener una sociedad en equilibrio y en funcionamiento dentro de la rigidez de un trabajo que no le permita la flexibilidad del malabarismo de cual es una maestra! Hay que confiar en que la mujer va a hacer su trabajo bien y darle la libertad para hacerlo como mejor pueda.

MCV: ¿Cuál es tu plan para desarrollar tus proyectos empresariales?

LGG: Sigo sacando pedacitos de tiempo y oportunidades para desarrollar mis pasiones y sueños alineándolos a proyectos empresariales que me permitan dar más tiempo a mis hijos y mi familia. En un proceso de re-diseñar, re-aprender, re-programarme. También de aceptarme y no definirme como nos hemos acostumbrado a definir el éxito. Voy dando forma a los proyectos con amistades o haciendo alianzas con personas con quien disfruto compartir. Le saco provecho a las herramientas en este nuevo entorno global buscando automatización y eficiencia de tareas, y esto lo comparto con otras personas para trabajar en conjunto y seguir aprendiendo de ellos y con ellos.

Busco crear redes de apoyo para ir lanzándonos en proyectos y oportunidades en la búsqueda de la plenitud que nos permita vivir disfrutándonoslo. Escuchando ideas, compartiendo las mías y deseando contagiar a mas a buscarlo también. Si te gustan algunas de mis ideas, déjamelo saber. Si quieres ser parte de ellas, también. Si quieres que escuche las tuyas, aquí estoy.

MCV: ¿Cómo te visualizas en 10 años como madre y como empresaria?

LGG: Como madre deseo en 10 años sentirme que disfruté y viví al máximo dentro de mis capacidades el tiempo de maternidad. Que estuve disponible física y emocionalmente, y en relevancia para quienes posiblemente sea lo único más cerca de lo indispensable: mis tres hijos.

Como empresaria y con la satisfacción de haber logrado lo anterior como madre como aliciente adicional me visualizo lista para darle un “boost” a la evolución de los proyectos que ya están encaminados y se vayan añadiendo. A lo que me refiero es que visualizo que cuando tus hijos ya no viven contigo y cuando no tienes arrepentimientos por lo que no hiciste con ellos, tendré la energía y el deseo de re-tomar con la disponibilidad para una intensidad mayor aquellos proyectos que fueron disminuidos por la maternidad pero que si no los logro o no llego allá no me van a hacer sentir que fracasé.

Como mujer decidí analizar aquellas cosas de las que me arrepentiría si me entero que ya no tengo tiempo de hacerlas. Y de eso se trata. Para visualizarme dentro de 10 años ese es parte del ejercicio.

Hace poco más de un año decidí pensar en mí conscientemente durante mis decisiones, considerarme en todo momento en el día y escogerme más. Para esto necesitaba conocerme mejor y entender mis deseos y las cosas que me hacen feliz. Y comencé a hacerlo. En el proceso te das cuenta que no todo lo puedes lograr, te aceptas y tus exigencias son más reales. Cuando me di cuenta que ya ese ejercicio conmigo era más natural y automático, comencé a recordarme no perderme en la visión de mis sueños a largo plazo que no es otra cosa que vivir el presente. No perderme el presente persiguiendo el futuro. Si continúo así, dentro de 10 años me visualizo como una mujer, madre y empresaria sin inquietudes irremediables y lista para enfrentar lo que suceda.

MCV: ¿Quiénes han sido fundamentales en tu vida y por qué?

LGG: Yo he tenido muchas personas claves en mi vida que me han apoyado en momentos que necesité, cargado en momentos que sentía que no tenía fuerzas o que me hicieron tanto daño que me obligaron a salir y crecer; muchas personas que se que cuento con ellas: maestros, amigos, compañeros, socios, familiares. ¿Fundamentales? Papi y mami, porque se sacrificaron con amor y sin reclamo por mí, porque me dieron la base y el apoyo para lograr lo que he logrado y porque aún hoy lo siguen haciendo.

MCV: ¿Qué te gustaría que toda mujer aspirante a madre y/o empresaria supiera de tu experiencia?

LGG: ¡Wow, tantas cosas! Cada etapa viene con retos distintos (¡Y de seguro que justo cuando vea mi entrevista publicada quizás se me ocurren otras más!), pero ahora mismo y desde las experiencias que estoy viviendo en este momento te diría que: cada mujer que se levanta día a día a vivir intensamente con el deseo de buscar el bienestar para ella y los suyos es una Superwoman, que tenemos que darnos cuenta que cada día que pasa es un día menos y no uno más, y no sabemos cuantos son; que es tu deber conseguir ser feliz en cualquier lugar y todo momento (desiderata), que muchas veces te vas a sentir que no lo estás haciendo bien, que no estas haciendo todo lo que puedes y que necesitas hacer más, y esto la mayoría de las veces no es verdad.

Como madre, que conscientemente sueltes lo que estás haciendo y mires a tus hijos a los ojos cuando te hablan, aunque solo tengas unos cuantos minutos; que no le hables con sarcasmos, los reafirmes y sepan cuánto los amas, que los apoyes y creas en ellos y les enseñes a creer en ellos; que creas en ti y que vean en ti y de ti mucho de lo que quieres tú para ellos. Que aunque sintamos que metemos la pata constantemente, ellos aprenden de como la sacamos.

Que no seas tan injusta contigo y que en tus peores momentos te hables con el consuelo y la dulzura con la que le hablarías a una amiga.

You are beautiful, you are enough! Toma los riesgos, juega con tus hijos y renuncia a lo que es terrible de tu vida.

Mujer aspirante a madre y empresaria (como dice la pregunta), quiero que sepas de mi existencia que cuando aprendí que hay muchas cosas que no hay que tomárselas “tan en serio”, mi carga se volvió más ligera. Que cuando me di cuenta que la vida es el proceso de la vida y no la meta, comencé a disfrutarme más la vida y que cuando entendí que yo soy dueña de mi vida comencé a estar más tranquila conmigo y con mis decisiones. Y que todavía me falta mucho por hacer, aprender y decidir. Que muchas veces siento que el revolú en mi mente es más grande que el de mi casa y que eso no es el fin del mundo ni una tragedia ni un impedimento para sentirme feliz. Que voy a recordarme lo anterior todos los días si es necesario y que si quiero algo voy a dejar de esperar que me suceda y buscármelo o regalármelo.

MCV: ¿Cuál quieres que sea tu legado para tu familia? ¿Y para la sociedad?

LGG: Leí que en estos tiempos si quieres cambiar el mundo te enfoques en tu núcleo y en tu familia. Así que es este momento de mi vida y por los próximos 10 años (que son los que hay hasta que Thiago cumpla sus 20 años) deseo preparar a mis hijos para su vida. No tengo un plan trazado mas allá de asegurarme que no me pierdo en la linealidad de la cronología de la vida de cada suspiro y caricia que tengo de frente, que los escucho atentamente para poder guiarlos y facilitarles las herramientas que necesiten y que por ahora ellos mismos no pueden conseguir, recordándoles la importancia de reír, pausar, cantar, bailar, oxigenarse, cuidarse, quererse, respetarse y protegerse (y a los demás). Que se detengan a ver qué les hace felices, que consigan serlo dentro de las pequeñas cosas, que vean como pueden ayudar a otros y que exploren sus maravillosas ideas y sueños. Y que todo eso lo compartan. Y, poco a poco, voy estando en paz conque esta simpleza tan grande se convierta en mi legado. Si por fin entiendo que el propósito de la vida es vivirla, que mejor legado que ser una mujer plena en paz y alegría. esTar … Vivir ¡!!

Quizás por esto aun me cuestiono cómo y por qué yo en esta edición, si me consta y conozco tantas otras madres, empresarias y ejecutivas ejemplares. Si en realidad no he hecho ni logrado nada extraordinario. Así que pauso con esta respuesta que me repito: Porque soy extraordinaria (y tú que me lees también) y necesitamos dejar de menospreciar la gran labor que hacemos y comenzar a admirarnos y querernos más.

Quizás esta entrevista sea uno de los mejores ejercicios de reflexión que haya hecho en mucho tiempo y agradezco a Mujeres con Visión por este gran regalo de madres. Por eso creo que debiéramos hacerlo todas para darnos más crédito. ¡Dale, te invito! Contesta estas preguntas de la entrevista (ajustadas a ti) y me las puedes enviar con tu foto y la de tu familia a edicionmcv@gmail.com. Quiero saber de ti.

¡Feliz día de las madres todos los días! ¡Y a ti, mamá que te desvives todos los días por todos, regálate agradecerte, felicitarte, regalarte y pensar más en ti!

 

Fotos profesionales por Kristeen Joanna. Para servicios de fotografía profesional, puedes visitar a www.kristeenjoanna.com

bottom of page