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Ricarda López de Ramos Casellas y su huella en la política puertorriqueña

El siglo XX estuvo lleno de cambios y transformaciones para las mujeres. En sus inicios, estas no podían disfrutar de los mismos derechos que los hombres. Históricamente las mujeres han sido vistas como incapaces de llevar a cabo funciones en la esfera pública. Los roles de género asignados en nuestra sociedad han establecido que las tareas que adecuan mejor a las mujeres son las realizadas en el espacio privado, o sea, en el hogar. De hecho, hasta algunos grandes próceres puertorriqueños, como José de Diego, estuvieron en contra de que las mujeres se integraran a la política. Él creía que, por la delicadeza que las caracterizaba, no estaban aptas para enfrentarse a la “rudeza” que permea en este espacio. No tenemos que irnos muy lejos. En el 2013, el actual senador Carmelo Ríos manifestó que “[n]o podemos volver a que las mujeres estén aquí, no porque suene machista o suene feminista. Tengo que plantearlo de esa manera. Es una realidad. En nuestro esquema social la mujer está a cargo de la casa y de los hogares. Eso va cambiando, pero tienen una mayor responsabilidad al hombre”. Las nociones de género limitantes y los estereotipos siguen siendo una problemática del presente.

Propaganda estadounidense a favor del sufragio femenino

Foto tomada de: https://nosotrasylahistoria.blogspot.com/2011/10/entrada-7.html

El movimiento sufragista durante las primeras décadas del siglo XX se nutrió del deseo de desnaturalizar el estado inferior de las mujeres. La voz de estas mujeres en su momento fue blanco de sátiras, críticas y burlas. Hoy día todas las mujeres mayores de 18 años y ciudadanas estadounidenses gozan de este derecho gracias a la lucha que hicieron las sufragistas hace cerca de 100 años. Algunas de las líderes que se destacan son Ana Roqué de Druprey, María Cadilla de Martínez, Isabel Andreu, Beatriz Lasalle, Luisa Amelia de Hostos, Trinidad Padilla, Carlota Matienzo Román y Luisa Capetillo, entre otras. Sobre esta última se publicó un artículo hace varios meses en esta revista: http://www.mujeresconvision.com/single-post/2016/12/01/Luisa-Capetillo-Un-amor-sin-ataduras. Otra mujer que se destacó en la lucha del sufragio femenino lo fue la manatieña Ricarda López de Ramos Casellas.

López nació el 13 de mayo de 1879. Sus padres fueron Florentino López y Filomena Ramos. Se crio en un ambiente de mucha actividad política en Puerto Rico. Por ejemplo, fue testigo de la transición del gobierno de Puerto Rico de las manos españolas a las estadounidenses. Además, su padre fue alcalde en Manatí y en Naranjito y sus tíos fueron líderes y activistas políticos, quienes luego de la invasión estadounidense se destacaron en el Partido Republicano. Dicha colectividad, fundada por José Celso Barbosa, promovía la anexión de Puerto Rico como estado de los Estados Unidos de América. Este ideal fue acogido y defendido por López.

Propaganda a favor de la estadidad para Puerto Rico

Imagen tomada del libro Tizas, conciencia y sufragio: Ricarda López de Ramos Casellas, página 122.

A los 17 años se graduó de maestra, profesión a la que se dedicó por muchos años. Cuatro años después se casó con su primo hermano Juan Ramón Ramos Casellas, con quien tuvo ocho hijos. Luego de dedicarse por mucho tiempo a la enseñanza, fungió como directora de la escuela Padre Berrios en Barrio Obrero. López también fue una líder activista magisterial. En 1927 se convirtió en la presidenta de la Asociación Local de Maestros de San Juan. A través de su ejecutorias demostró siempre estar presente en la lucha por mejorar las condiciones de trabajo de las/os maestras/os.

López estuvo muy pendiente de lo que acontecía en el país y se integró activamente a la discusión pública. Entre los años 1924 y 1940 publicó un gran número de artículos para la prensa del país.

Aprovechó el espacio de la prensa escrita para exponer sus ideas feministas, que eran bastante avanzadas para su época. El tema que sobresalía era sobre el derecho al voto de las mujeres. De hecho, fue la sufragista puertorriqueña que más artículos publicó. Para López, la obtención del voto era el primer paso para la plena participación de las mujeres en todos los aspectos de la sociedad puertorriqueña. A través de la prensa escrita debatía contra sus detractores, promovía las razones por las cuales las mujeres debían obtener el derecho al voto y compartía otras ideas feministas. Para ella era injusto que si las mujeres aportaban económicamente al sostenimiento del hogar, pagaban contribuciones y participaban en actividades del estado y la sociedad, no tuvieran los mismos derechos que los hombres. Como por ejemplo, señalaba López que un 95% de las que estaban a cargo de la educación del país eran mujeres. Sin embargo, a pesar de que tenían que enseñar el derecho al voto, era ilógico que estas no podían ejercerlo.

Ricarda López a principios del siglo XX

Imagen tomada del libro Tizas, conciencia y sufragio: Ricarda López de Ramos Casellas, página 72.

En 1917 se fundó la Liga Femínea Puertorriqueña, bajo la dirección de Ana Roqué de Duprey. López se integró a esta asociación, que pasó a llamarse Liga Social Sufragista. En ella ocupó los cargos de secretaria, vocal y vicepresidenta y en 1926 se convirtió en la presidenta. En todo momento se manifestó a favor del voto universal. Como líder de la Liga se enfocó a que esta ejerciera presión política para que los legisladores aprobaran el derecho al voto para las puertorriqueñas. La lucha de López trascendió las fronteras, ya que la Asociación de Mujeres Sufragistas de Cienfuegos, Cuba, la nombró presidenta honoraria. En 1931 envió un discurso al Segundo Congreso Internacional Feminista en Río Janeiro, Brasil. Este fue bien recibido y reseñado.

El hecho de que en un inicio no tenía el derecho al voto no la limitó a discutir públicamente otros asuntos políticos. La ciudadanía estadounidense era muy valorada para la líder, debido a que para ella significaba democracia y libertad. Por lo tanto, defendió la unión permanente con Estados Unidos. Creía que Puerto Rico debía ser estado pero manteniendo su identidad. Por ejemplo, estaba en contra de la enseñanza del inglés en las escuelas públicas. Por lo tanto, defendió su lengua materna: el español.

En 1929 se aprobó el voto femenino, pero exclusivamente para las que supieran leer y escribir. Luego, en 1935 se reconoció el sufragio universal. López organizó en todos los pueblos a las mujeres republicanas y exigió la participación femenina en los espacios decisionales. En 1936 resultó electa como comisionada por San Juan. Para ella, este resultado representaba un triunfo para las puertorriqueñas.

Portada del libro escrito por la Dra. Sandra Enríquez Seiders,

que trata sobre la figura de Ricarda López de Ramos Casellas.

La historiadora Sandra Enríquez Seiders cataloga la lucha de López como una “vanguardista, valiente, constante y desafiante”. Fue una pionera feminista que rompió con muchos de los parámetros para una mujer de su época. Supo abrirse y dejar una huella en un espacio dominado por hombres. Esta destacada líder murió en 1968. Lamentablemente su gesta estuvo en el olvido por varias décadas, hasta que fue “descubierta” por algunas historiadoras que investigaron sobre la lucha del sufragio femenino. En el 2005, Enríquez Seiders defendió su tesis doctoral enfocada en esta figura. Tres años después la publicó y tituló el libro “Tizas, conciencia y sufragio: Ricarda López de Ramos Casellas”. Si usted interesa conseguir esta magnífica obra para conocer profundamente a esta líder puertorriqueña, puede enviarle un correo a la autora: sandra.enriquez@upr.edu.

En septiembre del 2016 se inauguró la sala del segundo piso de la Biblioteca Municipal Francisco Álvarez de Manatí con el nombre Ricarda López de Ramos Casellas. Es la primera vez que se nombra una estructura del gobierno municipal con el nombre de una mujer. La huella de esta líder en nuestra historia está muy presente. Hay que continuar con la labor historiográfica de seguir rescatando a estas mujeres cuya labor ha sido olvidada. Este espacio digital pondrá su granito de arena en esta agenda.

Inauguración de la sala del segundo piso de la Biblioteca Municipal Francisco Álvarez de Manatí

con el nombre Ricarda López de Ramos Casellas. Foto cortesía de la Dra. Sandra Enríquez Seiders.

 

Bibliografía:

Azize, Yamila. La mujer en la lucha. Río Piedras, PR: Cultural, 1985.

Barceló Miller, María de F. La lucha por el sufragio femenino en Puerto Rico, 1896-1935. Río Piedras, PR: Ediciones Huracán, 1997.

Sandra Enríquez Seiders. Tizas, conciencia y sufragio: Ricarda López de Ramos Casellas. Puerto Rico: Ediciones Callejón, 2006.

 

La utuadeña Glorimar Rodríguez González cursó sus grados primarios y secundarios en las escuelas públicas de la Ciudad del Viví. Realizó un Bachillerato en Artes con concentración en Educación Elemental en la Universidad de Puerto Rico y obtuvo una Maestría en Artes con especialidad en Historia de la Pontifica Universidad Católica de Puerto Rico. Actualmente cursa el Doctorado en Filosofía y Letras con especialidad en Historia, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, en donde se encuentra realizando su tesis doctoral relacionada al tema de género y política en Puerto Rico. Desde el 2013 ejerce como profesora de historia y humanidades en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Utuado y en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Recinto de Ponce. Glorimar ha presentado diversas conferencias y ponencias, entre ellas, en el XII Congreso Centroamericano de Historia, celebrado en El Salvador. Además, tiene varias publicaciones, entre las que se encuentra su libro Historia del Partido Nacionalista en Utuado. Por su preparación académica e investigaciones Glorimar se convirtió en la primera mujer historiadora utuadeña.

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