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Aventura en Adjuntas


Mujeres con Visión se unió al Appraisal Institute Puerto Rico & Caribbbean Chapter y a Planeta Kayak para una aventura en el Monte Guilarte y el Lago Garzas de Adjuntas.

Monte Guilarte

Adjuntas tiene vistas espectaculares y Guilarte es la joya de la corona. La cima, a 3,934 pies, constituye el sexto pico más alto de la isla y tiene vistas ininterrumpidas a 360 grados. En días claros se puede observar bien el pueblo de Adjuntas, el lago Garzas, la costa sur, Ponce, Peñuelas, Guayanilla, Yauco, Lares, Jayuya, Utuado y muchos otros municipios. La entrada ubica al final de la PR-518, por lo que la caminata hasta arriba toma unos 20 minutos y es relativamente fácil, por lo que personas de todas las edades pueden acceder al tope.

Nuestra caminata comenzó antes de las 10:00 a.m., con un rico calor y una humedad brutal. El sudor no tardó en aparecer, pero gracias a que casi todo el camino transcurre debajo de los árboles, al menos el sol veraniego no azotaba con fuerza. Una cosa curiosa que notamos fue el incesante zumbido que permeaba todo el bosque. Mientras más ascendíamos, más fuerte se hacía. Ya en la cima descubrimos que se debía a las avispas que hacen fiesta con las flores que abundan en el lugar. Y no, a nadie le picó una.

La vista en la cima es sencillamente maravillosa. Gracias a que no hay árboles altos, se pueden observar las montañas, el mar y muchos puntos de interés. La bruma no dejaba ver todo claramente, pero se podía divisar fácilmente el globo y Cerro de Punta en Jayuya, unas 12 millas al noreste. El pueblo de Adjuntas se ve completo e igualmente gran parte del Lago Garzas. Al sur, secciones urbanas de Peñuelas y Ponce, así como el Mar Caribe y la parte oeste del puerto de Guayanilla que forma una entrada preciosa entre la montaña y el océano.

Pasamos un buen rato en la cima, tomamos fotos y compartimos varios chistes sobre nuestra condición física. El descenso es mucho más fácil, aunque hay que tener cuidado con las partes resbaladizas del terreno rocoso. Una vez abajo dimos cuenta de un tremendo almuerzo criollo de arroz con gandules, pasteles, pollo asado, batatas, guineos y yuca. ¡Nada como sentarte a comer lo de aquí cuando estás realmente esmayá! Si visitas Guilarte, bien vale la pena que comas en el restaurante justo en la entrada. La comida es exquisita y los precios insuperables.

Lago Garzas

Las pipas llenas se dirigieron hasta el Lago Garzas, ubicado a unos diez minutos de Guilarte y que formaba la segunda parte de nuestra aventura. Garzas es un embalse pequeño, justo lo que necesitábamos para la tarde, ya que el sol estaba picando fuerte y el efecto del almuerzo nos tenía lentas, muy lentas. La mente decía “kayak”, pero el corazón decía “hamaca”.

Nos encontramos con José (“Planeta”) y Pedro de Planeta Kayak, quienes ya tenían el equipo listo y en el agua. Nuestro recorrido: Charco Prieto, El Puente de Hamaca y las malangas.

Charco Prieto

Charco Prieto ubica en el extremo suroeste del lago y técnicamente es parte del mismo, ya que es donde el Río Vacas se une al lago. El espacio es realmente paradisíaco: una cascadita vierte el río en una piscina cristalina cubierta de árboles. Dimos gracias por el descanso del remo (el charco está a poco menos de un kilómetro remando desde la represa) y nos dispusimos a darnos el chapuzón para disipar el calor. Aquí el grupo se dividió en dos. ¡El agua estaba congelada! Varias almas atrevidas nadaron y se bañaron en los chorros, pero otros decidieron limitarse a descansar en la sombra. Luego de un buen rato disfrutando el aire fresco y el sonido del agua, cosa que trajo nuevamente a nuestro pensamiento la codiciada hamaca, seguimos rumbo a nuestro segundo destino: el Puente de Hamaca.

El Puente de Hamaca

Los medios nacionales han reseñado recientemente el auge en turismo que ha experimentado Adjuntas con el desarrollo de una oferta gastronómica innovadora y los parajes hermosos que pueden disfrutarse en un día de paseo. Uno de ellos, considerado uno de los puntos más retratados del país, es el Puente de Hamaca sobre el Lago Garzas.

Es necesario señalar que, aunque estos puentes son muy codiciados por los fotógrafos, la realidad es que hasta hace pocos años los mimos eran muy comunes en la isla. Muchas comunidades dependían de estos puentes para cruzar ríos y tener acceso a vías principales. Con el advenimiento de nuevas vías de comunicación, el automóvil privado en todas las casas y el cambio del campo al pueblo, unido a las crecientes grandes en tiempo de lluvia, muchos de ellos quedaron en desuso o fueron dejados a los elementos de la naturaleza que pronto acabaron destruyéndolos. En el caso de Garzas, el puente de unos 90 pies no es para comunicar una comunidad.

Cuando llegamos vimos una gran cantidad de personas cruzando, incluyendo niños. Algunas de las personas estaban obviamente celebrando su día de asueto, a juzgar por el vocabulario pintoresco que utilizaban. No faltaron las fotos y videos de parte y parte, del puente al agua y viceversa. Luego de pasar por debajo del puente, continuamos nuestra travesía al suroeste, hacia las malangas.

Las Malangas

Aquí la historia se puso un poco confusa. Cuando decimos las malangas no referimos a la vegetación que abunda en esta parte del lago y que forma un canal por donde se conecta el río con el cuerpo principal. La realidad es que no sabemos el nombre del río o del área, así que pedimos que si alguien lo sabe nos ayude escribiendo en los comentarios.

Seguimos río arriba por el canal hasta llegar a un área preciosa donde se forma un banco de piedra y arena, más allá un charco de buena profundidad para bañarse. Aprovechamos la ocasión para compartir algunas de las cosas que llevamos para comer y conversar sobre el escenario y la experiencia. Es en esos momentos cuando una se da cuenta de lo dichosa que es al estar en buena compañía y en medio de los parajes hermosos de nuestra tierra.

El Regreso

Luego de comer algo y descansar, partimos de regreso a la represa. Ya con las fuerzas mermadas por el ejercicio del día, decidimos remar al paso, sin apuros. Pasamos nuevamente bajo el puente y continuaron las fotos y videos con nuestros amigos terrestres. De ahí, solo rogamos al cielo que los últimos 1,000 metros de remo fueran sin viento y sin la lluvia que amenazaba con caer.

Llegamos “ligerillamente” cansadas a nuestro destino, pero alegres de haber compartido esta aventura tan sublime con gente buena. Agradecimos a Planeta y a Pedro por toda su ayuda en la travesía y por el calor humano que siempre nos dispensan, prometiendo repetir la aventura en una fecha cercana.

Cuentan las lenguas que algunas personas del grupo se detuvieron de regreso a casa para saborear algunos brebajes espirituosos típicos de la montaña. No sabemos si fue cierto y qué pasó, pero de todas formas esa es otra historia…

Mujeres con Visión agradece al Appraisal Institute Puerto Rico & Caribbean Chapter y a Planeta Kayak por hacer posible esta aventura. Para más información sobre aventuras con Planeta Kayak, puedes visitarles en https://www.facebook.com/planeta.kayak/

 

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