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¿Por qué estoy triste? No entiendo...


La vida es una constante aventura que inicia el día que se nace y tomamos un lugar en el vagón de la montaña rusa más larga. Esta aventura trae consigo un sinnúmero de altibajos emocionales. En esos estados emocionales y por cierto muy variados están: la alegría, euforia, el enojo, preocupaciones, inseguridad, ansiedad, la tristeza entre otros. Este última siendo parte de las circunstancias a las que estamos expuestos a diario. No obstante, la tristeza prolongada puede trascender y convertirse en un paseo interminable en la montaña rusa de la vida.

Tristeza mutando a depresión

La depresión es el trastorno de ánimo más común en la salud mental en nuestra sociedad. ¿Qué es la depresión? Es una enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima y perdiendo el interés por todo. Puede ser momentánea o crónica, persistir por dos o más semanas; perdiéndose la felicidad cotidiana. La depresión es un trastorno que puede traer consigo otros trastornos de la salud mental.

Esta no es una enfermedad únicamente de adultos también la sufren los niños y jóvenes, de paso interfiriendo con su vida diaria.

El sentimiento de tristeza es natural pero la depresión va más allá de la tristeza. Este sentimiento en los niños y jóvenes se convierte en un gran monstruo que altera e interfiere con su capacidad de continuar sus actividades diarias y escolares.

Luz roja…… ALERTA ante los síntomas de la depresión

La sintomatología en cada persona puede variar dependiendo del tipo de depresión. Algunos síntomas que le podrían ayudar a reconocer la depresión en su hijo/hija:

  1. Sensación de irritabilidad

  2. Sentimiento de impotencia ( “me siento tan miserable” )

  3. Llantos frecuentes

  4. Sentirse infeliz la mayor parte del tiempo

  5. No desean interactuar con sus amigos y familiares

  6. Se aísla

  7. Pérdida de apetito

  8. No desea ir a la escuela (fobia escolar)

  9. Falta de concentración

  10. Puede dormir demasiado durante el día o poco durante la noche

¿Qué puede causar la depresión en niños y jóvenes?

  1. El acoso escolar

  2. Dificultades con las materias en la escuela.

  3. Divorcio de los padres o problemas familiares

  4. Muerte de un familiar o amigo cercano, entre otros detonantes.

La detección temprana e inmediata es fundamental. Hay eventos y señales que no pueden pasarse por alto. Los padres deben inmediatamente consultar al pediatra (del niño o joven) o al médico primario; porque existen tratamientos para mejorar la condición, no todo está perdido. Busque ayuda usted mismo como padre!!! El vivir día a día con estos síntomas se convierte en una experiencia agotadora y de incertidumbre y sobre todo de mucho temor.

Consejos erróneos para un niño o joven deprimido

Todos deseamos ayudar, pero en ocasiones las palabras que creemos serán de apoyo terminan por provocar incomprensión ante el dolor de estos jóvenes y niños. Estos consejos están muy lejos de ser de ayuda:

  1. “Anímate”

  2. “Pon de tu parte”

  3. “Olvídate de eso”

  4. “Busca algo que hacer”

  5. “No es para tanto”

Con estas palabras no procure minimizar el malestar que siente su hijo/hija porque TODO lo que siente es real; no es un truco, chantaje o un “stand up comedy”.

La depresión puede interferir directamente en aquellas áreas de desarrollo principales del joven o niño: la familia y la escuela.

¿Quién puede ayudar a mi hijo médicamente?

Una vez que usted como encargado del niño o joven consulte a su pediatra este le dirigirá a un especialista de la salud mental (sicólogo y/o psiquiatra), quienes tienen la pericia para evaluarle, diagnosticarle y determinar el tratamiento adecuado para su condición incluyendo terapias.

Según los especialistas en la materia es posible que el factor hereditario juegue un papel importante en el posible desarrollo de la misma. Sin olvidar los cambios químicos en el área del cerebro que controlan los estados de ánimo.

Recomendaciones para los padres

Dele la importancia que se merece sin menospreciar sus sentimientos y procure buscar las causas que lo desencadenaron. Usted se constituye en ese ente de apoyo por lo tanto:

  1. hable con su hijo sobre lo que siente para auscultar qué le molesta del hogar o de la escuela. Escúchelo sin juzgarle.

  2. comuníquele estos hallazgos al médico en sus citas de seguimiento para recibir recomendaciones.

  3. bríndele su apoyo y protección en todo momento para que se sienta seguro y protegido.

  4. procure un hogar libre de tensiones, estresores y ansiedades.

  5. identifique que actividades le permiten relajarse y sentirse mejor.

  6. sea un facilitador para enfrentar su condición.

Tan pronto usted tiene un diagnóstico es su deber notificar de inmediato a los maestros de su hijo/hija, director y personal de apoyo de la escuela o institución universitaria al respecto. Por consiguiente, este grupo elaborará un plan educativo cónsono con las necesidades del niño o joven.

Los padres y maestros son agentes importantes y tienen que involucrarse en este proceso de apoyo.

¿Puede la depresión interferir con el aprendizaje de mi hijo?

Definitivamente se puede afectar de forma negativa el proceso académico de los estudiantes con este trastorno. ¿Por qué? esta condición altera sus periodos de atención y retención, concentración, su memoria, provocando estados de ansiedad y sus habilidades para resolver problemas, recordar y organizar la información impartida en clases. Consecuencias: rezago y malas calificaciones en la escuela o institución universitaria. La depresión es un detonante al bajo rendimiento académico convirtiéndose en un círculo vicioso si no se toman las medidas necesarias para que el estudiante pueda desempeñarse al máximo de sus capacidades. Un bajo rendimiento escolar no es sinónimo de no tener la capacidad o la motivación por parte del niño o joven para tener éxito.

¿Cuál es la posición de la escuela al respecto?

En ocasiones el escenario educativo podría ser el elemento causante de la depresión. Por ello la importancia de este equipo padre-maestro. Si es el maestro quien sospecha de la condición por sus observaciones diarias en clase, de inmediato debe comunicarse con los padres; para que estos tomen acción con premura.

En estos casos la escuela respetando los derechos que tienen los niños a la educación puede: brindarle los acomodos recomendados por el especialista ( hacer referencia al artículo: Derribando barreras invisibles……!!! yo también puedo hacerlo!!! en la sección de educación), que se le trate con respeto, se proteja la confidencialidad de su diagnóstico, que se le prepare un plan educativo para que el estudiante pueda cumplir con los requisitos del grado en curso, y que se honren los horarios para recibir sus terapias y que el material de ese periodo de terapias se les provea (esto según estipulado en reunión por el maestro y padres). Es importante que el maestro tenga conocimiento de los efectos de los medicamentos recetados para ayudar con la condición y de la manera que estos podrían incidir en el funcionamiento de estos estudiantes en la sala de clases.

La escuela tiene la facultad de proveer un programa donde el estudiante pueda realizar sus tareas desde el hogar por el tiempo que sea necesario, incluyendo el reducir la cantidad de tareas escolares. Todo dirigido a una educación particular que redunde en beneficio del niño o joven, reconociendo que cada estudiante es un ente individual con necesidades diversas.

Toda institución académica debe de convertirse en agente de cambio y de ayuda para aquellos estudiantes con problemas de salud mental y no verlos como trabajo añadido y segregarlos con actitudes de incomprensión.

Nunca se debe subestimar la importancia ni los efectos de esta enfermedad. Seamos sensibles ante esta condición demostrando toda la empatía posible.

El problema de la depresión es un problema de todos!!!

 

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