Ser tu amigo
De vez en cuando me gusta “escarbar” en mis archivos: repasar notas, frases, algún que otro artículo ya antiguo, también poesías que he ido recopilando. Y cuando les tengo ante mis ojos, como esta de Borges, los pensamientos que generaron en su día, cobran de nuevo fuerza, incluso se revalorizan a causa de las experiencias vividas. Con esta poesía de Borges descubrí la profundidad de esa palabra azteca –“apapachear”- a la que me gusta referirme cuando reflexiono en la atención a las mujeres víctima de violencia machista, a las mujeres sometidas “al imperio del patriarcado machista”, a las mujeres que se les impide ocupar un puesto en la sociedad por el mero hecho de ser mujeres, cual si no fueran personas iguales a las demás personas.
“No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo”.
¡No sobra ni uno de los pensamientos que desgrana Borges: espacio necesario para crecer, ayudarte en lo que pides, llorar contigo y ayudarte a armar de nuevo los pedazos, quererte cómo eres y ser tu amigo! Es decir, caminar juntos pero no como dos desconocidos, sino como caminantes amigos. Y ante el dolor, el fracaso, la amargura o la incomprensión, tender la mano, comprender, respetar, sentir al unísono nos hacer mejores y permite mejorar: ¡personas entre las personas!
¡Y hay que hacerlo! Y hemos de hacerlo los hombres, aquellos que han recibido injusta e indignamente una “supremacía” que no existe para nada: ¡somos iguales porque…somos iguales! Repasemos en el silencio profundo de nuestra ser las palabras de Borges. Me han vuelto a conmocionar, hasta emocionar. Parece como si después de la reflexionar camino con más seguridad en la lucha por la igualdad, en la mano tendida a quien llora, con mi amistad en las palabras, en la mirada, en el corazón.
JOSE-ANTONIO BURRIEL DE SAN VICENTE
Periodista, abogado y Doctor en Filosofía
Experto en violencia contra las mujeres
Valencia. España. 1937
Formador de los operadores en la atención a las mujeres víctimas de violencia
Ponente en Jornadas, Seminarios y Congresos en el tema de la violencia sobre las mujeres
Especial atención a los adolescentes ante sus relaciones afectivas
Asesor en distintos proyectos europeos sobre violencia de género
Presidente de la Asociación “No más violencia de Género”.
Creador y director del Programa “Adolescentes sin violencia de género”
Editor de las paginas “No más violencia de género” y “Adolescentes sin violencia de género”
Articulista habitual en distintos medios de comunicación, y presencia en programas de radio y televisión.
Premio nacional del Instituto de la mujer de España (2005)
Reconocimiento del Gobierno de España (2015) por su trabajo en la erradicación de la violencia machista