top of page

¡Enamórate de… tus pies!


Abusamos de ellos. Todo el día soportando nuestro peso y llevándonos de un lado para el otro sin que les consideremos y cuidemos. Oh, sí, a veces nos hacemos la pedicura en un spa o en la casa. Casi siempre les ponemos un poco de loción antes de dormir.

La realidad es que descuidamos nuestros pies con demasiada frecuencia. No es hasta que comienzan a darnos problemas que buscamos alguna solución. Lo que sucede es que no entendemos su verdadera importancia. Los pies son el soporte principal de nuestro cuerpo y su salud es fundamental para la salud de todo nuestro sistema.

Hay muchas aflicciones de los pies que necesitan tratamientos profundos y urgentes. Sin embargo, casi todas las que no se deben a traumas pueden ser prevenidas si los mimamos un poco más y prestamos atención a su condición diaria. Uno de esos casos es el de las partes duras en la piel, generalmente conocidas como callos.

Un callo se forma cuando una parte del pie tiene un contacto directo y frecuente con una superficie dura. Al pasar del tiempo, la piel va endureciéndose porque no le queda otro remedio. Muchas veces pensamos que los callos son inevitables porque trabajamos de pie o caminamos mucho durante el día, pero no es así. Con el debido cuidado, puede evitarlos y hasta mejorarlos en caso de que ya los tengas.

Lo primero que debes hacer para cuidar tus pies es buscar un calzado que te quede cómodo y que evite el impacto constante de un área del pie con una superficie dura del zapato. Demás está decir que los tacos son tu peor enemigo en este renglón, pero si eres de las que piensa en el “genio y figura hasta la sepultura”, entonces debes tener cuidados adicionales.

Primero, trata de usar esos zapatos por el menor tiempo posible. Segundo, descansa tus pies cada vez que tengas la oportunidad. Tercero, lleva un par de zapatos extra para que te cambies tan pronto no sean necesarios los tacos. Cuarto, recuerda que tus pies tienen que respirar. Quinto, si el zapato es cerrado, dale respiración a tus pies varias veces al día. Si es abierto, usa humectante con frecuencia.

Nosotras utilizamos una receta natural para mantener nuestros pies suaves y en buenas condiciones. Esta es nuestra clave:

1 gota de aceite esencial de orégano

1 gota de aceite esencial de menta

3 gotas de aceite fraccionado de coco

Mezclas los ingredientes y frotas tus pies con ellos. Presta especial atención a las áreas donde la piel está endurecida. Masajea esas áreas por un buen rato hasta que sientas que el aceite va penetrando. Añadir menta te servirá para refrescar tus pies y darles un buen olor, entre otro beneficios. Si lo haces a la hora de dormir, ponte unas medias y permite que la mezcla trabaje en tus pies durante la noche.

Utiliza esta receta con frecuencia y verás cómo tus pies van regresando a la vida poco a poco. Dale cariño y pronto te enamorarás de tus pies. Si tienes preguntas o comentarios, puedes escribirnos a edicionmcv@gmail.com.

 

bottom of page