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Melba Figueroa: creadora de oportunidades


Melba Figueroa

Se abren los amplios portones y pasamos al interior. Hoy somos invitadas de una mujer especial, una empresaria que ha plantado bandera en un mundo generalmente asociado con hombres. Llegamos a la Hacienda Don Carmelo de Vega Baja, hogar de una espectacular Mujer con Visión: Melba Figueroa.

La Hacienda Don Carmelo es un lugar espectacular, mágico. Una casa con amplias escaleras justo al lado de un árbol majestuoso; unos establos llenos de caballos hermosos y bien cuidados, un jardín escondido que llama a la meditación y la paz, y una casita en un árbol que invita a recordar nuestra infancia y despierta la niña que vive y juega en cada adulta.

Como es costumbre en Puerto Rico, las personas que han estudiado una profesión como doctor, abogado o ingeniero se deben llamar con su título. Sin embargo, lo primero que Melba nos aclara es que no tiene interés alguno en títulos. Cuando cursaba la escuela superior estaba enamorada del arte, de la música, y quería ser pianista. Su padre le pidió que estudiara Derecho y así lo hizo. Según ella, su experiencia fue triste porque nunca le gustó estudiar leyes. Su personalidad es bien conciliadora, le gusta evitar todo tipo de disputas y vivir tranquila, por lo que su forma de vida no compagina con nuestro Derecho adversativo. Practicó un tiempo la profesión, pero no es lo que le hace feliz. Por eso nos confiesa que prefiere “montar un puesto de vender bombones de menta porque no voy a ir a bregar con leyes por ná’ del mundo.”

A Melba le encanta el trabajo; todo tipo de trabajo. Es productiva, le atraen los espacios abiertos, el campo, los caballos y la naturaleza. Le gusta crear y organizar eventos, y hacer desarrollo en distintas áreas. Ejemplo son los Juegos Ecuestres para los Centroamericanos, eventos en Paso Fino y la Escuela Puertorriqueña del Arte Ecuestre en Hacienda Don Carmelo.

Su mentalidad es de acción, especialmente cuando hay iniciativas para que las personas crezcan y suban de nivel. Eso le da mucha satisfacción. Sobre su perspectiva de la situación actual, nos dice que en el mundo hay una sensación de zozobra y falta de paz. Los problemas económicos mundiales y las guerras como la de Siria crean un ambiente de negatividad y desasosiego entre la gente. Para salir de ellos, recomienda a otras mujeres hacer unos círculos imaginarios donde puedan aportar en sus familias y comunidades. “No nos llamarán para resolver los problemas mundiales, pero podemos hacer la diferencia en nuestro entorno”, señala. “Si cada una pudiese hacer algo positivo, vamos a ver un cambio en la Isla. Nadie va a venir a hacerlo por nosotros.”

En cuanto a su estilo de vida, nos dice: “Debemos olvidar y no tener rencores porque eso nos atrasa emocionalmente. No es que te olvides, porque tenemos que aprender de los errores y de las experiencias negativas en la vida; pero debes tener esa actitud positiva frente a la vida, porque si tu no te das esa oportunidad, nadie te la va a dar.”

Como empresaria, Melba piensa que el aspecto fundamental de los negocios es la solidaridad, procurar que todos estemos bien. “Si puedo realizar una actividad económica que sea de beneficio para mí y para otros, Puerto Rico va a echar hacia adelante. Tenemos que apoyar a las empresarias de aquí,” recomendó.

Caminamos un rato con ella por su patio, conversando sobre asuntos relacionados con la finca, los caballos y la vida. Pudimos apreciar que Hacienda Don Carmelo es un lugar bien cuidado, atendido con esmero y amor. Eso refleja quién es esta Mujer con Visión, ya que su entorno hace eco de sus palabras y sus palabras hacen eco de su vida.

Con la puesta del Sol nos retiramos, haciendo el compromiso de regresar a uno de los eventos y compartir más con esta maravillosa mujer, ya en su ambiente preferido: los eventos de caballos. El gran portón se abre para dejarnos salir, pero no podemos evitar pensar que hemos dejado un pedazo de nuestra alma entre los establos y balcones de la Hacienda Don Carmelo; que en algún lugar de nuestro corazón volvimos a ser niñas y subimos muchas veces los peldaños que llevan a la casita en el árbol, símbolo de la unión de la tierra con el ser humano.

Hacienda Don Carmelo
 

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