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Valor 24-7-365


María Sánchez y Minerva Rabell

Son las 11:38 p.m. del 24 de diciembre. Muchas familias están celebrando la Nochebuena y disfrutando sus vacaciones. De pronto, el sistema de radio alerta sobre un incidente con disparos y heridos. Inmediatamente acelera el vehículo, se encienden los biombos y salen a toda prisa en dirección al peligro. Mientras los que celebran continúan sus actividades sin enterarse, los policías van a toda prisa a un lugar donde pondrán en riesgo sus vidas.

Este evento no es aislado o raro. Todos los días la Policía de Puerto Rico enfrenta situaciones como ésta y cientos de otras de mayor o menor peligro. Todos los días, mientras otras seguimos con nuestra vida normal, muchas policías van directamente a lugares en que nadie quisiera estar. Todos los días ven y lidian con lo peor de nuestro país.

Para ser policía hay que tener valor. Muchos años de campañas negativas y de personas y grupos que han cedido a la tentación del mal, así como políticas gubernamentales fallidas, han dado un mal nombre a nuestros policías. La realidad, sin embargo, es otra. La inmensa mayoría de los policías de Puerto Rico son personas dedicadas, valientes y honradas. Si no fuera así, créannos que el cantar en nuestro país sería otro. Son los verdaderos policías quienes permiten que aún podamos celebrar navidades y muchas otras cosas con una expectativa razonable de seguridad.

Imagínate que sales todos los días a trabajar sin la certeza de que volverás. Fe tienes, pero no certeza. Imagínate que cada día te toca bregar con personas a quienes no les importa la vida y propiedad ajenas, las leyes y el buen convivir. Imagínate que, además de trabajar duro con delincuentes, tienes que lidiar con ciudadanos generalmente buenos que se exceden en el consumo de alcohol y drogas, y hacen disparates que pueden costar la vida a otras personas. A esta partida le añadimos situaciones de emergencia por accidentes, disputas familiares, en fin, todo lo que no asociamos con una Navidad. Imagínate no saber si una persona te va ayudar, si va a seguir tus instrucciones o si te va a matar. Imagínate ser policía.

Pensemos en eso cuando vayamos a una fiesta de pueblo, cuando estemos con nuestros familiares de paseo o cuando alcemos nuestra copas para brindar por un nuevo año. En esta Navidad honramos a María Sánchez y Minerva Rabell, dos mujeres valerosas y ejemplares que visten con orgullo su uniforme y representan lo más granado del cuerpo policíaco. María y Minerva, junto a miles de policías puertorriqueños, son la razón de que año tras año podamos disfrutar tranquilas las festividades de la época. Por eso en Mujeres con Visión honramos su valor.

 

Mujeres con Visión agradece al Municipio de Vega Baja y su primera dama, Ginny Laureano, por hacer posible esta entrevista. Igualmente, agradecemos a todo el personal del Museo Casa Alonso del Municipio de Vega Baja y en especial a Esteban González, director. Esta entrevista contó con la colaboración de Marela Reyes, editora asociada de Mujeres con Visión.

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