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Estoy sola. ¿Qué hago?


Muchas mujeres estamos solas. Aunque el concepto de soledad es muy amplio y hasta puede incluir a mujeres que se sienten solas aún teniendo su pareja e hijos, en este artículo hablaremos de esa soledad que implica que no se tiene una persona especial con la cual realizar actividades y/o compartir momentos fuera del trabajo y las responsabilidades diarias.

Estar sola puede ser una bendición o una maldición. Muchas escogemos estar solas porque, como bien dice el adagio, es mejor que estar mal acompañadas. Sin embargo, la soledad exige una fortaleza espiritual que muy raras veces viene junto a estar sola, especialmente si esa soledad no fue por elección sino impuesta por nuestras circunstancias particulares. Siempre es bueno estar solas a ratos o por períodos semi largos, pero, ¿cómo lidiamos con la soledad prolongada? Hay varias cosas que podemos hacer para que nuestra soledad, voluntaria o impuesta, no se convierta en un calvario.

Primero, hay que reconocerla y aceptarla. Esto es, tenemos que pausar y reconocer que el hecho de que estamos solas es real y que la llegada de alguien que nos acompañe es muchas veces impredecible; puede suceder en un par de días, en años o nunca. Reconociendo esto le quitamos importancia a la duración del período de soledad y nos permitimos utilizar nuestras fuerzas para atender nuestras vidas a corto y largo plazo.

Segundo, hay que planificar para una misma. Sí, hay que hacer un plan cuyo centro sea una misma, no los demás. Muchas veces nuestra soledad nos empuja a pensar en todo momento cómo incluir otras personas en nuestra vida. La compañía de otras personas, ya sean amistades o familiares, puede resultar buena, pero si no planificamos primero cómo vivir sin nadie no podremos aceptar que esa compañía es a lo sumo pasajera y que inevitablemente volveremos a estar solas. Al no planificar nuestras vidas solas regresamos a la soledad sin un plan y con el estrés de encontrar una nueva oportunidad de estar acompañadas. Poco a poco entramos en un círculo vicioso donde la compañía representa buenos momentos y la soledad no, provocando que los períodos de soledad añadan estrés y nos lleven a la depresión. Así que lo mejor es planificar qué haremos cuando estamos solas y qué haremos si estamos solas por largos períodos de tiempo. Saber lo que se quiere y lo que se puede hacer cuando no hay nadie nos ofrece oportunidades para escoger entre muchas actividades y reduce grandemente el estrés de vernos solas y aburridas (¡o hastiadas!). Recuerda todas las cosas que te inspiraban y te hacían sonreír y dejaste a un lado por necesidad. Retoma tus intereses y atrévete a explorar otros nuevos.

Tercero, aprende. ¡Aprende! No importa cuánto hayas estudiado, cuanta experiencia tengas en tu trabajo o cuántas cosas te hayan pasado en la vida, solo estás comenzando. No hay forma en que puedas aprender todo lo que hay que aprender en una vida o en dos o en cien. ¡Este es un pensamiento poderoso y maravilloso! Tienes inmensas cantidades de cosas para aprender en un sinnúmero de temas, por lo que tienes la garantía de nunca estar realmente sola o aburrida. Prepara una lista de las cosas que te gustan. Escribe todas las que se te ocurran, sin importar si te suenan ridículas o imposibles. Luego, coloca al tope las que más te gustan. Pueden ser dos o tres, o un par de docenas (contrario a lo que muchas piensan, las favoritas pueden ser las que nos dé la gana). Luego de tener esa lista, la cual revisarás y depurarás quitando o añadiendo con frecuencia, ve a tu computadora y busca información sobre tus favoritas. Seguramente encontrarás cursos, actividades y sugerencias para desarrollar tu interés e inmersión en ellas. Con esa información en mano, ¡hazlo! No lo dejes para después, comienza con la más que te llame la atención y conviértela en parte integral de tu vida.

Cuarto, ¡sal! Muchas veces nos quedamos solas en casa porque no conocemos a otras personas que quieran compartir nuestras actividades o tenemos miedo a compartir con extrañ@s en actividades planificadas. Nos atrevemos a decir, casi a ciencia cierta, que la realidad no es que no hayan actividades para compartir, sino que decidimos no hacerlas por el miedo a entrar en un escenario extraño, desconocido. Este error es uno de los más perniciosos para nuestra salud mental y garantiza una soledad extendida y cruel. No confundas precaución con miedo. La precaución es la que te lleva a descubrir información vital sobre el tipo de personas que participan en la actividad a la cual quieres asistir y sobre las garantías de seguridad y confiabilidad que esta actividad presenta. Miedo es el que te deja sentada en tu casa pensando que es mejor precaver (es miedo, no precaución) que tener que remediar. Busca información, llama o escribe a personas que hayan participado en actividades similares, oriéntate sobre todo lo relevante a la misma y ¡sal por esa puerta! Un poco de riesgo calculado te proveerá unas satisfacciones insospechadas. Como cualquier otra cosa en la vida, una vez des el primer paso, poco a poco irás convirtiéndote en una experta, en una mujer libre y segura, y reduciendo tus períodos solitarios al mínimo.

Podemos seguir mencionando formas en que podemos tomar control de nuestra soledad y convertirla en una excelente aliada, pero estos cuatro puntos deben bastar para un comienzo. Por lo pronto, Mujeres con Visión te recomienda que busques información sobre los diversos grupos que se reúnen para realizar actividades y/o proveer cursos. Nosotras conocemos de dos que seguramente te proveerán aventuras interesantes y cuyos miembros son excelentes para comenzar nuevas amistades. Te recomendamos que visites sus páginas y te enteres de sus próximas actividades. Sola o acompañada, son un buen comienzo:

Planeta Kayak – Aventuras acuáticas en el mar y los lagos de Puerto Rico - www.facebook.com/planeta.kayak

Puerto Rico River Country – Paseos y aventuras por los cuerpos de agua de Puerto Rico - www.facebook.com/riosdepuertorico

Finalmente recuerda que Mujeres con Visión auspiciará actividades para mujeres y ya sea sola o con tu corillo, queremos que participes. Visita frecuentemente nuestra página de Facebook y la sección de turismo interno en www.mujeresconvision.com para más alternativas.

¡Que disfrutes sola (y acompañada)!

 

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