Abre los ojos
He elegido esta foto, premiada en un concurso entre jóvenes, porque pienso que esa es la tarea esencial que nos corresponde a las personas para conseguir, de una vez por todas, la igualdad en la sociedad. Nos corresponde a los hombres porque parece que un pensamiento –el pensamiento machista- nos ha cegado la visión. ¿Acaso no somos todos iguales, hombres y mujeres? Iguales en dignidad y en libertad. ¿No somos conscientes los hombres que manifestando desprecio y desigualdad, estamos dañando nuestra propia dignidad, rebajándola? ¡O abrimos los ojos a la igualdad, o acabaremos destrozando nuestra propia dignidad!
También las mujeres deben abrir sus ojos. ¿Acaso no son iguales en dignidad y libertad a los hombres? ¡Que lancen las mujeres sus gritos al viento y hagan valer su dignidad! ¡Que ninguna mujer permita el más mínimo desprecio, la más insignificante sumisión! Yo estaré siempre a su lado.
Y aquí entra la razón de estas líneas en estas páginas. Entré en ellas casi por casualidad. Entré y… me quede prendado. Porque pienso, y así lo he escrito y apoyado, que hay que visibilizar a la mujer en la sociedad. Y hay que hacerlo porque al pensamiento machista no le interesa que se visibilice la presencia de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. Y no le interesa porque cualquiera que abriera mínimamente los ojos, se daría cuenta de la igualdad entre hombres y mujeres.
Y entro en estas páginas porque he visto algo que me ha gustado y por lo que siempre he luchado: los hombres y las mujeres debemos luchar al unísono por la igualdad; y debemos hacerlo porque de ese modo somos mejores, más dignos, más libres. Y algo que puede sonar un tanto raro: no soy “igualitario”, soy persona y como tal vivo la igualdad. No necesito especiales motivaciones para defender la igualdad entre hombre y mujer. ¡Somos iguales!
Y casi todas las mañanas al comenzar el trabajo diario –preparar conferencias, escribir artículos, entrar en las redes sociales y contestar mensajes de consulta- me pregunto: ¿Por qué no me habré dedicado a la gastronomía? Ínfimos instantes de reflexión. Ya sé que se sufre ante la violencia sobre la mujer, lo sé y he derramado muchas lágrimas. Pero no estar en esa lucha, no dedicar todos mis afanes en la igualdad y en la erradicación de la violencia sobre la mujer empobrecería mi vida… ¡sería menos hombre al ser menos persona!
Dicho todo esto, me despido por ahora. Y me despido sintiendo la alegría de poner mi nombre, mis esfuerzos en las tareas y finalidades de “mujeres con visión”. Hace muchos años unas rimas de Pedro Salinas entraron de lleno en mi vida: “Qué alegría vivir, sintiéndome querido, / rendirse a la gran certidumbre de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo…/Que hay otra voz con la que digo cosas/ no sospechadas por mi silencio/ es que también me quiere con su voz”.
Otro día mas, con si cabe mayor alegría.
JOSE-ANTONIO BURRIEL DE SAN VICENTE
Periodista, abogado y Doctor en Filosofía
Experto en violencia contra las mujeres
Valencia. España. 1937
Formador de los operadores en la atención a las mujeres víctimas de violencia
Ponente en Jornadas, Seminarios y Congresos en el tema de la violencia sobre las mujeres
Especial atención a los adolescentes ante sus relaciones afectivas
Asesor en distintos proyectos europeos sobre violencia de género
Presidente de la Asociación “No más violencia de Género”.
Creador y director del Programa “Adolescentes sin violencia de género”
Editor de las paginas “No más violencia de género” y “Adolescentes sin violencia de género”
Articulista habitual en distintos medios de comunicación, y presencia en programas de radio y televisión.
Premio nacional del Instituto de la mujer de España (2005)
Reconocimiento del Gobierno de España (2015) por su trabajo en la erradicación de la violencia machista