Nada está fuera de lugar
En estos tiempos de confusión, caos, miedo, es muy fácil perder el centro y dejarse llevar por lo que nos rodea. Sin embargo, eso que nos rodea ¿es parte de nosotros? ¿cuánta de nuestra energía está en ello?
Mientras esté en la negación, queja o llanto no podré ver más allá de lo que la situación me está enseñando. Solo lo podré ver desde la micro-visión y no la macro-visión. Nada está fuera de lugar, es como cuando armamos un rompecabezas, por más que quiera poner una pieza en un lugar, que pienso se parece, insisto y pierdo la paciencia, para luego darme cuenta que no calza ahí. Al tomar distancia del rompecabezas, y observarlo a distancia, lo veo claro y ¡zas! calzó.
Así mismo es en la vida, todo tiene su lugar. Al estar inmersa en la emoción, pierdo la objetividad y no puedo ver desde afuera, como el observador. Lo único que funciona es detenerse, respirar, ir hacia adentro y observar si es posible cambiar la percepción de lo que está ocurriendo.
Es importante entender cuánto de responsabilidad tengo yo en lo que estoy viviendo. Está más que comprobado que aquello que yo llamo mi realidad es una proyección de mi propia mente.
Lamentablemente, es más lo que proyecto del pasado que del propio presente que estoy viviendo. Es probable que tú que me estás leyendo puedas fruncir el ceño y replicar… Pero ¿qué tengo yo que ver con lo que está sucediendo en el mundo? Eso se escapa de mis manos. Falso, en algún momento de mi pre-existencia o existencia en esta vida, formé parte de una decisión de la mente colectiva. Soy parte de ese consciente colectivo que toma decisiones.
La siguiente pregunta puede ser ¿qué puedo yo, individualmente, hacer al respecto? Sencillo, tomo responsabilidad de mi persona. Yo siempre digo en mis charlas, “del único adulto del cual soy responsable es de mi misma”. Por ende, como primer paso, entiendo que todo en mi mente es mi propia creación. Si la realidad que estoy viviendo no es de mi agrado, comienzo por los pensamientos que alimentan la creación de esa realidad. Cuáles pensamientos he creado y adoptado de aquello que escucho y acepto. Es por ello, la importancia que tiene el rodearnos de gente positiva, no de gente que se pierde en su mundo y niega lo que está viviendo la humanidad, sino que aporta para el cambio, sin conectarse con el miedo.
El miedo es la ausencia de AMOR. Lo opuesto al Amor es todo aquello que representa el miedo, el miedo a perder, a morir, a enfermar, a no tener comida, techo, trabajo, todo eso lo atraemos desde pensamientos de escasez conectados al miedo. Importante que tengamos la conciencia del presente, qué es aquello que quiero darme y dar a la Humanidad. Cuanto mayor sea mi nivel de Amor, mayor será el nivel de seguridad y aporte a los demás.
Recordemos siempre que todo tiene su lugar. Mis decisiones en cuánto a cómo vivir cualquier situación que exista en mi vida, tiene lugar en la creación de pensamientos ligados al miedo o al amor. En cualquier momento que viva, personalmente, me observo desde afuera, sin emoción, y ubico aquello que lo originó. Esto funciona para lo que me hace feliz como para lo contrario. Todo tiene origen en mí. Si estoy feliz, al conocer su origen es más fácil para mi repetirlo, si, por el contrario, no me hace feliz, tendré la autoridad y responsabilidad de cambiarlo y no caer en ello una próxima vez.
Es por ello amiga, es fácil ser feliz cuando me hago responsable de mi vida y reconozco que nada está fuera de lugar.
Gracias por leerme.
Nekane De Leniz. Autora del libro “Agradezco la Vida”. Speaker.
Mentora de felicidad. Higher Brain Living Master Facilitator.
Host of “Creer es Crear” Radio Show por www.positivoextremoradio.com
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