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Soy mujer, vivo en México e hice paro el 9 de marzo

Soy mujer, vivo en México e hice paro el 9 de marzo.

Como todos los 8 de marzo, desde oficialmente 1975, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. De igual forma, ese día, en muchas partes del mundo, colectivos, asociaciones y redes de mujeres salen a la calle para exigir igualdad de derechos, que, como es bien sabido, aun no es el caso en la mayoría de América Latina.

Más allá de la igualdad de derechos, la violencia en contra de la mujer se ha acentuado y normalizado en muchos países de nuestra región. En México, país donde vivo desde hace más de una década, no es un secreto que la situación es realmente macabra. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se registraron 976 presuntos delitos de feminicidio en 2019, quedando así como uno de los años más violentos para las mujeres en México. La activista y periodista Frida Guerrera, se ha dedicado a registrar estos hechos violentos. Al momento de escribir esto, ha registrado 276 feminicidios en toda la República Mexicana.

Así como Frida, muchas mujeres, de forma individual o por medio de organizaciones, han estado alzando la voz, a pesar de sentir que el estado las ignora. En las últimas semanas, algunos hechos violentos han generado consternación en la población, en particular el vil asesinato de Ingrid Escamilla, joven cuyas fotos fueron filtradas por varios medios de comunicación, y el de Fátima, de apenas 7 años de edad, encontrada inclusive con signos de tortura, por nombrar una de las atrocidades que sufrió.

En definitiva, el caso de Fátima fue la gota que derramo el vaso, que hizo que surgieran aún más iniciativas para denunciar el alza en la violencia contra la mujer en México y exigir al estado políticas reales de prevención y condena para este tipo de crímenes. Como en otros años y en otros países, se organiza la marcha 8 de marzo de 2020, manifestación a la que muchas de nosotras acudimos por primera vez, dejando de miedo el miedo a posibles represalias u otras manifestaciones violentas que históricamente ocurren en estos eventos.

Adicional a ello, surgió la iniciativa llamada en #UnDíaSinNosotras, día en que todas las mujeres haríamos un paro generalizado de labores, esto con el fin de mostrar el impacto de nuestra ausencia. Esto implicaba desde no salir a comprar nada, no llevar a las niñas a la escuela, no presentarnos en nuestros centros de trabajo, no vender, a no participar en redes sociales, no abrir Netflix, no generar ningún clic que pudiera ultimadamente generar derrama económica. En mi caso, no fui a la oficina, no revise mi correo electrónico corporativo, borre las aplicaciones de redes sociales en mi teléfono y no lleve a mi hijo en la escuela. ¿Por qué? Porque quiero hacer sentir mi ausencia, quiero que el mundo sepa lo que implique que yo no esté. Queremos simular que estamos todas muertas y por eso, nos paramos hoy.

Un estudio de BBVA, uno de los bancos más importantes del país, estima que las pérdidas monetarias directas a causa de este paro están estimadas en 34 mil millones de pesos mexicanos (aproximadamente 1.6 billones de dólares). Como no he revisado redes sociales hoy, no tengo aun idea del impacto que ha tenido. Sin embargo, me cuenta anecdóticamente mi papá, que si salió a trabajar hoy, es que hay sucursales bancarias cerradas, casi no vio mujeres en la calle, las taquillas del metro están cerradas por falta de personal, y para tu de contar. ¿Por qué el 9 de marzo y no el 8? Creo que el hecho que el 8 fue domingo y el 9 lunes, daba mucho más impacto que este paro fuera en día hábil. Y así nos permitió manifestarnos dos días: el domingo marchamos, el lunes nos paramos. Así fue la consigna. No sé qué vaya a pasar de ahora en adelante, pero sé que esto está generando un impacto. Ayer, en la marcha, fue emocionante ver a tantas mujeres de diferentes opiniones, religiones, creencias, ocupaciones e ideas, unidas por una causa: nuestra vida. Queremos vivir libres, sin miedo y por eso, queremos que México entienda que significaría que no estuviéramos. Seguimos todas unidas, en nuestra lucha, cada una desde nuestro pensar y nuestra trinchera. Parece que ahora si estamos despertando.

 

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