La hermandad en tiempos caóticos
La sororidad es entendida como la consolidación a través de la empatía y el sentido de comunidad. Comprender la capacidad de transgresión que implica el sentido de comunión, empatía y solidaridad es la fuente de lucha contra el pensamiento imperante neoliberal de la individualidad como virtud social. Uno de los complejos mecanismo que sostienen las ideologías patriarcales en los cimientos del poder es la capacidad de construir la idea de los marginados y abusados como propio enemigo. Dentro de las manifestaciones culturales del sentido occidental de competencia, individualismo e incapacidad de compresión de los otros. Se enmascara de la idealización de que los individuos explotados son rivales entre si, por ejemplo, la típica idea de que las mujeres no pueden llegar a consolidar vínculos de apoyo entre si. Es una muestra metadicursiva de la violencia sistemática que alimenta imaginarios sociales entorno a las mujeres que resultan en falsedad. Las mujeres poseen las capacidad y liderazgo para crear grupos de consolidación por la causas afines. Sin embargo, la feminidad se forma alrededor de la visualización y aprobación del ojos masculino sobre los sujetos femeninos. Con el objetivo, de proceder de forma punitiva contra aquellos seres humanos que reten a la lógica del binomio biologicista del sexo. La creación de agentes sociales pertenecientes al grupo social es vital, puesto que ejercen la presión y la defensa del canon establecido por el poder.
En algunos casos, incluso los propios grupos señalados comprenden e interiorizan las premisas machistas que impiden un fortalecimiento de la solidificación en la lucha contra la desigualdad social. Por ello, con mayor ímpetu los sectores de lucha contra los sistemas de dominación patriarcales buscan espacios de sororidad para redefinir sus luchas y manera de entenderse como individuos sociales. Comprender la importancia de los espacios de sororidad es la apertura para el enriquecimiento de las batallas antipatriarcales. El proceso por entender la singularidad y pluralidad humana desde espacios simbólicos de libertad empática interna en los grupos afectados promueve un estilo de socialización equitativo. Logrando establecer formas holísticas para transgredir la semilla del pensamiento patriarcal, cuya germinación comprende la imposición de individuos privilegiados sobre aquellos amedrentados. El símbolo de un poder sujeto a individuos masculinos que comprender la noción del sometimiento, egoísmo y explotación como cimientos virtuosos de la sociedad destruye las posibilidades de un cambio palpable en la sociedad.
La sororidad juega un papel en la ruptura de los valores machistas patriarcales que forjan las bases del pensamiento social y la conducta hacia el otro. Las mujeres al empoderarse de la sororidad adquieren la hermandad para levantarse en sintonía por la causa de una igual con los hombres. Por ello, comprender las diversidades de entendimientos entorno a ser mujer, la adquisición de diferentes puntos de vista y la creación espacios de libertad, son herramientas para vencer el sentido patriarcal que mantiene las estructuras de desigualdades sociales. La revuelta desde la hermanada provee las posibilidades de un futuro solidario y consiente de los roles sociales que vive cada persona. Con el fin, de establecer un futuro donde los sujetos no se entiendan desde la rivalidad, sino al contrario, se visualicen desde la intersecionalidad que los enaltece .
La autora es estudiante graduada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada.