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Extinción de la sororidad

Hoy me desnudo en este artículo. Me confieso. No se como hablar de sororidad. Le he dado mil vueltas al tema y no sé por dónde empezar, porque siento que igual acabaré en lo mismo. ¡He jodido tantas relaciones con amigas, que no tengo idea cómo hablar de sororidad! En algún momento lo viví lo sentí, mientras estaba en la universidad. Para ese tiempo fui parte de una sororidad, y entre coctel y coctel, "talent show", reuniones y convenciones sentí una hermandad, unión y apoyo. Pero la realidad es que ya no hay eso en mi vida.


No soy de esas mujeres que sale una o dos veces al mes con sus amigas a darse unas copas o al cine. No tengo un grupo de “Whatsapp” con “las nenas”, porque ese grupo no existe en mi vida. Si me siento agobiada, triste, sola, no tengo mi corillo estilo “Sex and the City”. Esa presencia femenina en mi vida se extinguió. La causa: Yo.

Las relaciones hay que cuidarlas, cultivarlas, protegerlas, no solo las relaciones amorosas, las amistades también y en ocasiones, necesitan más cuidado. Este detalle a mi se me pasó. Preferí en muchas ocasiones a un hombre que una amiga, inclusive preferí el ex de esa amiga sobre ella. No sabía lo que era lealtad, sororidad, fidelidad. Sólo pensaba en el momento, en mí. ¿Y ahora?


Ahora reconozco mis fallas y la búsqueda de enmendarlas o actuar distinto, me ha costado mucho. Hacer una amiga Real, con quien me siente cómoda hablar de cualquier tema, que pueda llamar sin importar la hora y que pueda decirle amiga, sigue siendo un cuento de hadas. Lo que no me cuesta es reconocer que necesito, pero más aún que quiero más sororidad en mi vida. Aprenderé a cultivar mis amistades, aprenderé a ser leal y fiel y a dejar el egoísmo que me ha llevado a esta soledad.


Ahora no podría definir en palabras hermosas lo que es sororidad para mí. Sólo espero no morir sin haberlo experimentado.

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