Historias de una fotógrafa aficionada: Caminos
Recientemente estuve preguntándome sobre mi pasión por la fotografía. Mi interrogante giraba alrededor de si surgió de repente o siempre estuvo en mí y por algún motivo consciente o inconsciente no permití que se manifestara. Hice una retrospección de mi vida en búsqueda de esa contestación a mi interrogante. Recordé que en mi adolescencia llegué a sorprenderme pérdida en mis pensamientos construyendo toda una historia alrededor de una estructura o paisaje que captase mi atención. Recuerdo que aunque la estructura estuviese abandonada o destruida la transformaba y la llenaba de emociones, sentimientos e historias.
Entonces, ¿por qué si el arte y la historia era mi camino me desvié y cambié de rumbo? En nuestro peregrinar por la vida se nos presentarán diversas opciones de caminos a seguir: los caminos fáciles o los caminos difíciles; los caminos cortos o los caminos largos; los caminos llenos de engaños, los cuales suelen ser hermosos al principio pero al final son una pesadilla
¿Cuál es el camino correcto a seguir? Solo aquel camino en el cual al caminarlo, sin importar las piedras que tenga, te haga sentir realizada y plena. Aquel donde veas esas piedras como un proceso de aprendizaje que utilizarás para alcanzar tus metas y te transformen en un ser humano más fuerte, sabio y sensible. Lamentablemente a veces nos desviamos de nuestro camino o peor aún permitimos que otros escojan el camino que ellos quieren que caminemos. Lo importante es que tenemos el poder de retomar nuestro camino y paso a paso ir transformándonos en ese ser pleno que anhelamos, con nuestra mirada hacia el horizonte que nos espera para celebrar nuestra transformación. Justamente en ese momento respiras, recargas tu alma y emprendes otro camino a conquistar.
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