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5 prácticas sencillas de mindfulness para una vida ocupada


Uno de los mayores obstáculos para vivir una vida de atención plena y en sintonía con nosotros mismos es la falta de tiempo. Vivimos en una lucha constante entre nuestro(s) trabajo(s) y la necesidad de vivir una vida con significado, una vida de transcendencia, una vida satisfactoria, una vida plena, y una vida de gozo, más que para los demás, para nosotros mismos. A duras penas percibimos que entre esas dos cosas existe una gran contradicción: son dos polos que nos halan hacia los extremos y nos dividen. Esta contradicción, nos persigue, nos hiere, nos cansa, y nos atormenta. Tristemente, hemos incorporado a nuestras vidas la creencia de que sólo somos útiles y valiosos en la sociedad si producimos de maneras que son ajenas a lo que debería ser nuestro propio ritmo de vida. Sin embargo, esta conclusión implica una desaceleración, una pausa, un repensar, un examen, un auscultar las diferentes áreas de nuestra vida y tomar acción. Es posible aliviar la contradicción y trazar una ruta diferente entre los extremos y encontrar el camino; es posible.

Para comenzar, yo propongo el mindfulness, o vivir una vida de atención plena. Eso, ya en sí, propone una pausa en el diario exageradamente acelerado que todos vivimos. Pero, ¿qué es mindfulness y en qué consiste? Mindfulness es eso, llenar la mente. Es mirar y mirarnos en el presente. Es prestar atención plena a lo que hacemos y a cómo nos sentimos. Es estar atentos y enfocados en nuestro cuerpo, mente y ambiente sin juicio y sin crítica. Para lograr esto no es necesario vaciar la mente de pensamientos o no sentir emociones, tampoco convertirse a ninguna religión ni pensar que es imposible de lograr porque se tiene la mente muy ocupada.

¿Cómo puedo practicar eso ahora mismo? Ahora mismo, presta atención al lugar en donde te encuentras. No pienses en lo que tienes que hacer. Piensa en tu respiración, ¿cómo se siente?, ¿estás comiendo algo?, ¿cómo sabe?, ¿qué tienes en tus manos?, ¿de qué color es?, ¿cómo se siente?, ¿a que huele?, apriétalo, descríbelo en todos los detalles que puedas. ¿Estás cerca de la naturaleza? ¿Qué observas? ¿Cómo es? ¿Qué te hace sentir mirarlo? Sólo concentra tus energías en vivir con todos tus sentidos eso que estás experimentando. Mientras lo haces presta atención a tu respiración, a tu cuerpo. No busques el significado de lo que estás haciendo, sólo concentra todas tus energías en disfrutar esa presencia, en traerla a tu conciencia.

El mindfulness puede practicarse de muchas maneras y no todas tienen que ser formales. No tenemos que estar en un lugar específico con un ambiente particular para llenar nuestro pensamiento con este ejercicio mental. En este breve artículo les presento 5 alternativas para acomodar el mindfulness a sus vidas ajetreadas:

  1. En cualquier momento del día concéntrate en lo que estás haciendo: lavar tus dientes, recoger la casa, bañarte, guiar, etc. Sólo desvía tu pensamiento al momento presente y describe en tu mente lo que haces, cómo se siente, a qué huele, cómo sabe. Detalla el momento lo más que puedas y préstale completa atención.

  2. Recuerda algún momento feliz de tu día o de tu vida. Traélo al presente y describe en tu mente los pormenores y detalles específicos que te hicieron feliz en ese momento. Añade todo lo que recuerdes y si es algo reciente describe los momentos anteriores y posteriores, qué ayudó a intensificar tu experiencia. Este ejercicio es fabuloso para colocar memorias felices en tu mente a las que puedas recurrir con facilidad cuando lo requieras. Si deseas y tienes el tiempo para hacerlo, puedes escribir estos momentos en un diario al que luego puedes referirte en cualquier oportunidad.

  3. Saca tiempo para respirar. Concéntrate en la inhalación y la exhalación y sólo piensa en ese aire que entra y sale de tu cuerpo justo en el momento que sucede. Tu mente naturalmente divagará, pero tu trabajo es traerla nuevamente a tu cuerpo de una manera cariñosa y hasta humorística. Ese respiro puede ser tu ancla, lo que te devuelva a tu cuerpo. Puedes hacerlo fácilmente por 5 minutos.

  4. D E S A C E L É R A T E. Propón hacer una cosa a la vez esta semana y evita el “multi-tasking”. Hazlo como un ejercicio de pensar y de disfrutar las cosas que haces. Si vas a trabajar en tu computadora, apaga el teléfono, no revises nada que no sea lo que vas a hacer. Si vas a hablar por teléfono, presta completa atención a la otra persona. Propónte estar y ser plenamente en el momento presente. Ten en mente cómo te sientes y lo que piensas antes, durante y después de cada actividad que realices de esta manera.

  5. Reestructura tu día de una manera positiva. Si eres de las personas que usas agenda en vez de escribir “cita con doctor a las 3pm”, escribe algo diferente, que te llame la atención o que te motive; por ejemplo, “honrar mi salud a las 3pm”. Sustitutye “almuerzo con mi jefe” por “estrechar relaciones laborales”, “reunión de trabajo” por “crecimiento profesional”, “gym” por “mejor salud” o “cuerpo de verano”, “facial” por “fuente de juventud”. Transforma tus compromisos mirándolos desde otro ángulo. Piensa y medita cómo se sienten estos pequeños cambios.

Existen muchas maneras efectivas y sencillas de ser “mindful”. Lo importante es ser consistente en las nuevas prácticas para crear hábitos que funcionen en nuestro favor. Si te interesa saber más o quieres ponerte en contacto conmigo, hazlo a través de e-mail o Facebook. axioslifecoaching@gmail.com, http://www.facebook.com/axioslifecoaching/

 

Jara M. Ríos Rodríguez

Life Coach, Grief Counselor, OCCA Reverend and Deacon

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