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La ansiedad: enemiga del aprendizaje


Vivimos en una época de mucha competitividad donde la idea de ser el mejor se ha convertido en el eje central de muchos hogares y vidas. Este sistema por años se ha acomodado hasta en las escuelas. Actualmente, se observa a diario niños tristes, frustrados y más aún ansiosos.

Estoy de acuerdo en que los padres deseen lo mejor para sus hijos, que los niños sean exitosos en su desempeño académico, pero se distorsiona este bien cuando exigen que estos sobresalgan entre sus pares y esto, ¿a costa de qué? ¿Se ha preguntado cómo se siente su hijo?

Muchos padres han incurrido en la práctica de exigir, exigir y exigir a sus hijos el obtener siempre calificaciones excelentes fomentando de esta forma un nivel de tensión y ansiedad elevada en los mismos.

La ansiedad provoca un estado de alerta, cuando te enfrentas a una situación importante y a su vez comprometedora. Temiendo al fracaso, castigo o ridículo. La ansiedad es una reacción natural del ser humano que en muchos casos trae implicaciones negativas.

El ambiente escolar hoy día se ha convertido en más que un lugar de adquirir conocimientos y dominar destrezas para la vida en una pista o cuadrilátero de competencia entre todos. Donde la presión a la cual están siendo sometidos los estudiantes para obtener buenas calificaciones exacerban estos estados de ansiedad que no inciden de forma positiva. Muchos de nuestros estudiantes obtienen una calificación para una determinada evaluación y luego olvidan lo estudiado porque se hizo para un aprendizaje a corto plazo.

Aprender debe de ser para toda la vida

Muchos padres ante la presión del qué dirán y por aparentar en su medio ambiente y círculo de amistades se tornan intransigentes y exigentes con sus hijos respecto a sus ejecutorias académicas. Convirtiendo el proceso cognitivo en un gran reto y hasta castigo.

Ya de por si el sistema educativo ha delineado unos estándares de un nivel de complejidad en las destrezas y tareas con la idea errada de que más es mejor. Un sistema con muchísimas evaluaciones con las cuales tienen que trabajar los maestros junto a sus estudiantes y en ocasiones limitando al estudiante, al maestro y padres de tiempo de esparcimiento.

Aprender debe ser una experiencia significativa y deseada

Establezcamos relación entre la ansiedad y el aprendizaje.

La ansiedad provoca en los niños unos síntomas que pueden interferir en su ejecución académica. Esta puede bloquear su capacidad de expresar sus conocimientos. Los altos niveles de ansiedad reducen un aprendizaje eficaz porque la concentración y atención disminuyen y por ende la retención, resultando en un bajo rendimiento escolar.

Es importante crear un balance entre estudiar y tiempo de distracción en actividades de su agrado como deportivas, musicales u otras. Cabe señalar la importancia de centrarse en lo que han de aprender más que en los elogios que puedan recibir.

Recuerde felicitarle por sus logros obtenidos sin compararlos con sus pares o hermanos. Propicie la autoconfianza en su niño; esencial para un buen desempeño. Que su mayor competencia sea consigo mismo.

Apoye a su hijo para que mientras aprende sea un niño feliz.

 

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