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Sargento Débora Zamora: forjada en el fuego


Sargento Débora Zamora

Erguida, con medallas y cintas ordenadas, brillando. Orgullosa. Así vimos llegar a nuestra Mujer con Visión vegabajeña, Débora Zamora. Quería ser periodista de deportes, pero la vida le llevó en otra dirección.

Débora decidió entrar al ejército en el último año de universidad. Esa decisión, como tantas otras que enfrentamos y tomamos en nuestras vidas, resultó ser un agente de cambio que trastocó toda su vida. Cuando salió del entrenamiento básico, donde enfrentó los retos físicos y la dificultad del idioma, la enviaron directo hacia la guerra en Irak y Afganistán.

Todo el que ha ido a un escenario de guerra o conoce a un soldado que lo ha hecho sabe que esas experiencias cambian radicalmente la forma de ver al mundo y de verse una misma. En cierta forma, hay un “antes y después”, una personalidad con metas y sueños antes de ir al frente y otra cuando regresas.

Llegó al escenario de combate el día antes de su cumpleaños número 22. Escuchaba los morteros en el área cercana y se preguntaba a sí misma cómo haría para enfrentar esa realidad tan diferente, esa encrucijada en su camino de vida que le colocaba muy cerca de la muerte. Nos cuenta que cuando se preparaban para salir a la calle, sabían que tenían el permiso de atacar si les atacaban, experiencia que le impactó porque podía matar a alguien para defender su vida.

Por otro lado, pudo ver el factor humano desde la perspectiva de los habitantes del lugar. Ver a la gente que tenía que pasar por el escrutinio de su grupo en su propia tierra, someterse a registros para simplemente ir a trabajar, le hizo pensar en lo afortunadas que son las personas que habitan en lugares donde no tienen que someterse a situaciones similares.

Las experiencias vividas en la guerra le hicieron pensar en cómo quería trabajar con la comunidad y se decidió a seguir estudiando ciencias naturales con la intención de convertirse en doctora. Logró su propósito, se graduó de la escuela de medicina en mayo de 2016 y está en proceso de solicitar la residencia. Su meta ahora es ayudar, salvar vidas, dar todo lo que tiene por hacer un mundo mejor.

Débora enfrentó las situaciones de machismo en su trabajo sin rendirse. Se esforzó demostrando la misma capacidad que los demás, independientemente de géneros, y labró un nuevo destino para su vida. A las mujeres que piensan entrar en el Ejército, recomienda que estudien antes de ir ya que pueden convertirse en oficiales. Sobre todo les recomienda que no se quiten, que echen pa’lante, que van a poder.

Como no resistimos la curiosidad por todas sus condecoraciones, Débora nos habló de su significado (son reconocimientos por diversos trabajos que ha realizado y logros que ha obtenido) y resaltó que el mayor logro no se ve en el uniforme sino muy dentro del alma: el reconocimiento propio de que la vida está llena de problemas y que esos problemas se pueden superar si ponemos todo nuestro esfuerzo en lograrlo. Estamos muy de acuerdo con ella.

 

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