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Lillian Vázquez: sabiduría educativa


Mujeres con Visión tuvo una entrevista muy especial con la maestra vegabajeña Lillian Vázquez. Nos trasladamos hasta la Biblioteca Municipal para conversar con ella y nos recibió con su grupo de niños, a quienes les contaba un cuento. Fue extraordinario ver como Lillian se vivía el cuento mientras lo hablaba y las reacciones y participación de los niños a la historia.

A Lillian se le nota por encima la vocación. Pudimos ver varios rasgos que le hacen idónea para el trabajo: un metal de voz cautivador, una sonrisa genuina y un don para los niños excepcional. Por eso es una mujer con visión, porque vive su aptitud.

Nos cuenta que desde pequeña uno de sus juegos favoritos era ser maestra. Utilizaba la pizarra que le regalaron sus padres y los muñecos para formar un salón donde daba clases. Además su hermana mayor es maestra, por lo cual tuvo un buen modelaje. Primero quería ser doctora, pero la vida le llevó al lugar donde tenía que estar, donde podía hacer una diferencia real en el mundo. Sabía que una buena educación, igual que una buena aplicación de la medicina, es algo que salva vidas.

Uno de sus mayores retos es la diversidad en los niños. Cada uno piensa y siente de formas distintas, y cada uno proviene de realidades sociales y familiares distintas. Llegar a cada uno de ellos de forma efectiva es difícil. También enfrenta las limitaciones de trabajar para el Departamento de Educación, que en la coyuntura actual crecen cada día más. A eso se suma la sociedad difícil y con muchas situaciones negativas que penetran en el ambiente escolar, ya que todo eso llega al salón de clases. Nos dice: “Somos mamás, psicólogas y doctoras.” Por eso ha tenido que vestirse de valor y de entrega, porque sabe que cada uno de esos roles es imprescindible para el desarrollo de sus alumnos.

Lillian tiene varios consejos para mejorar el sistema educativo: nos comenta que los padres deben dedicarle tiempo a los niños y no dejarlo solamente a la escuela, ya que la educación comienza en la casa. Les pide que hablen con sus hijos de su día en la escuela y les dediquen tiempo. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad; que los niños sientan que son amados y que les importan a sus padres. Después de todo, lo que hacen los padres llega hasta su salón, ya que los niños son un libro abierto y todo lo expresan, aunque no sea en palabras.

Sobre la igualdad y el rol de las niñas en el salón de clase, nos dice que siempre refuerza que todos somos iguales y todos podemos. “No me puedo rendir, tengo que intentarlo. Que los padres le fomenten eso a los niños,” señala. Para ella la igualdad se tiene que inculcar desde pequeños porque el machismo y otras conductas que dividen a los géneros son cosas aprendidas.

Poco a poco, mientras conversábamos, confirmamos que ante nosotras estaba una mujer de mucho valor para Puerto Rico. Comprendimos que en sus manos está el sagrado deber de enseñar a nuestros hijos e hijas y que si ella se preparaba con todo el amor del mundo, nos correspondía a nosotras hacer nuestra parte para apoyarle. Por eso le invitamos a ser parte permanente de nuestra revista. Sabemos que ustedes, nuestras lectoras, podrán apreciar la sabiduría educativa que ella y otras maestras colaboradoras nos traen, y que si en algún lugar debemos demostrar que somos Mujeres con Visión, es en la educación de nuestras niñas y niños. En un abrir y cerrar de ojos serán ellos quienes dirijan a nuestro país.

 

Lee el artículo de Lillian, 11 consejos de lectura para primeros lectores, en la sección de Educación.

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