Violeta Landrón: danza poética
La escritora vegabajeña Violeta Landrón nació en el Barrio Almirante Sur y tuvo una niñez de campo, cosa que ella considera fundamental para su desarrollo como escritora y su preferencia por las cosas de pueblo, por los personajes de la vida diaria que dan identidad a las comunidades puertorriqueñas. Según ella, la gente de a pie, los personajes pueblerinos, son de quienes más aprende.
Siempre le llamó la atención la clase de español. A los 12 ó 13 años comenzó a escribir sus primeros versos inspirada en las obras de Abelardo Díaz Alfaro, Julia de Burgos y Virgilio Dávila. En su rostro podemos notar la alegría que producen estos nombres, que casualmente enlaza con la lírica, con los sonidos, más que con las palabras. Nada raro si recordamos que las palabras de ellos han sido llevadas muchas veces a la canción y que en un momento de nuestra historia de pueblo La tierruca de Virgilio Dávila era tan importante como el himno para todos nuestros niños.
Para redondear, su nombre evoca muchas mujeres de la historia y literatura, pero también aquella famosa danza que Rafael Alers compusiera para su hija. Aunque no le preguntamos, no nos sorprendería que su nombre proviniera de esa canción, ya que el ritmo, la cadencia, emana de la forma en que se expresa.
Violeta se ha desarrollado en la prosa poética, la poesía y la entrevista (estampas y reseñas). Durante 12 años recogió las estampas del pueblo en los libros que se hacían para las Fiestas Patronales.
Su reto ha sido fusionar la literatura con la realidad. Por ello nos dice que su favorita es la biografía literaria, poniendo un poco de literatura al recuento. Otro de sus retos ha sido el que siempre ande aliada con los perdedores. Le gustan los segundos, esos que se quedan rezagados y que tienen un talento exquisito, quienes le enseñan porque tienen un alma limpia y no están comercializados.
Sobre el rol femenino actual nos dice: “La mujer, muchas veces, es la misma enemiga de la mujer. Hay muchos celos profesionales” y tienes que sacar los escollos de la vida porque tienes una visión que nadie puede copiar. “No pretendo escribir como Clara Lair o Julia de Burgos. Yo siento de otra manera y plasmo de otra manera.” A las mujeres escritoras recomienda no perder la visión o el estilo por lo que otros les digan.
El ratito que pasamos con Violeta fue muy aleccionador. Cuando terminamos la entrevista no se marchó, sino que se quedó a ver las demás entrevistas como una buena investigadora. Nada sorpresivo en ello, ya que sabemos que sus ojos ven lo que sucede en su pueblo y su alma lo canta en el papel. Quizás algún día estas mujeres vegabajeñas entrevistadas sean parte de su colección de escritos.
Los pueblos no pueden perder de vista el valor enorme que tienen mujeres como ella. Sus palabras sirven para plasmar una parte de nuestra historia, una ventana perenne a nuestra identidad de pueblo. Al despedirnos, cantamos en nuestra mente la hermosa letra que en algún momento debe ser el homenaje que le rinda su pueblo por su labor:
“y fuiste tu
linda Violeta
sobre mis noches
luna de abril.”
Mujeres con Visión agradece al Municipio de Vega Baja y su primera dama, Ginny Laureano, por hacer posible esta entrevista. Igualmente, agradecemos a todo el personal del Museo Casa Portela del Municipio de Vega Baja y en especial a Esteban González, director. Esta entrevista contó con la colaboración de Marela Reyes, editora asociada de Mujeres con Visión.