Viajando por Puerto Rico
Estas navidades tenemos una oportunidad única que no cuesta mucho y provee satisfacciones inmensas. En época navideña no hay nada como visitar nuestra Isla y conocer sus encantos. Aparte de la miríada de festivales y lugares donde degustar comida típica, Puerto Rico ofrece vistas espectaculares y parajes relajadores que ofrecen la mejor terapia posible al menor costo disponible. Solo basta con montarse en el carro, llevar algo de comer y tomar, y disfrutar tus descubrimientos.
Durante los meses de noviembre a marzo, la temperatura y el clima proveen una combinación perfecta para las actividades al aire libre. Los cielos azules con algunas nubes son el marco perfecto para la fotografía. Los adelantos en los sistemas fotográficos de los teléfonos celulares hacen que puedas llevar una cámara decente a cualquier lado.
Te recomendamos que salgas a descubrir a Puerto Rico. Sola, con tu pareja, amistades o familia, es una aventura que te proveerá horas de esparcimiento y diversión, además de recuerdos mentales y gráficos (fotos y videos) que durarán toda tu vida. ¿No estás convencida? Pues aquí te dejamos varias muestras de un lugar por el cual puedes comenzar, cortesía de Puerto Rico Es:
El Viejo San Juan
Obvio. Grande, accesible, con muchas cosas para ver y disfrutar. Comenzamos con el Viejo San Juan porque es probablemente el lugar más accesible para la mayoría de los puertorriqueños y porque tiene un sinnúmero de posibilidades para probar tus destrezas de observación y fotografía.
Con su historia de más de medio milenio y una cultura vibrante, el Viejo San Juan ofrece horas y horas de vistas espectaculares del mar, descubrimientos en callejones, túneles, museos, parques, fortalezas y personajes por doquier. Lo más importante en tu próxima visita es que abras los ojos. Olvida las miradas rápidas a los lugares que has visto muchas veces y sigue esta guía para que descubras otro Viejo San Juan:
Lleva tu cámara y utilízala. Descubrirás que tratando de tomar una buena foto encontrarás cosas que nunca has visto antes.
¡Para! - Siéntate en un banquito o en el piso y no des un paso más. Observa los detalles de las estructuras y las vistas. Utiliza el punto de vista por debajo de la línea normal de tus ojos para que descubras otras formas de ver las cosas. Si el lugar no se presta para sentarse, puedes bajar una rodilla o “eñangotarte” (ñangotarse, ponerse en cuclillas).
¡Mira hacia arriba! – casi siempre miramos de frente o hacia abajo. En el Viejo San Juan puedes descubrir maravillas en balcones y edificios tales como flores, animales (reales y artísticos), palabras o frases, y muchas cosas más. No te las pierdas.
En la foto que estás viendo, la “chiringa” añade un toque a la bailarina que no sería posible si se hubiese tomado desde el nivel de los ojos o desde arriba.
¡Pregunta! – Tanto en los parques o fuertes como en las calles, muchas veces pasamos si saber lo que estamos viendo. Puedes obtener mapas de la ciudad por todos lados o preguntar a las personas sobre callejones, casas, túneles, vistas y otras cosas interesantes. Descubrirás que, aunque siempre hay algún cascarrabias suelto, la inmensa mayoría de la gente te ayudará amablemente.
¡Piérdete! – No uses solamente las rutas más transitadas. Entra en los callejones y las calles a través de toda la ciudad. No te pierdas las maravillas del área entre el Castillo de San Cristóbal y la Plaza de la Barandilla. Es el espacio de calles entre la Norzagaray (Bulevar del Valle) al norte y este, la San Francisco al sur y la Tanca al oeste. (Mira las fotos tomadas allí).
El Viejo San Juan no es un lugar para retratar en un día. Hemos pasado muchos días y muchas horas allí, y todavía no comenzamos a captar su esencia. Lo importante de tu visita, sea por una hora o por varios días, es que será tuya. Esa experiencia, especialmente si estás detrás del lente, te ayudará a apreciar mejor nuestra historia y te proveerá muchas satisfacciones cuando compartas las fotos con tus amistades.
Galería del Viejo San Juan