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Las prisiones del “bullying”


Cada ser humano guarda recuerdos, memorias de la niñez, adolescencia y juventud. Muchos de estos pueden ser memorables y otros menos memorables. Algunas vivencias marcan la vida de forma positiva y para crecimiento; otras de forma negativa, coartando toda posibilidad de desarrollo y felicidad.

El “bullying” o acoso escolar lo observamos en todas las esferas sociales y géneros. Es un gran monstruo con un sólo propósito: aprisionar a las víctimas tras barrotes emocionales, tristes, intimidantes, solitarios; reduciendo a todas luces la calidad de vida del acosado. El acoso escolar no afecta solamente de forma individual sino a toda la comunidad escolar y familia.

Siendo un tema muy conocido y discutido en la actualidad, la sociedad no puede hacerse indiferente a tal abuso; hay que actuar ante una problemática real que concierne a todos, máxime cuando se presenta en el segundo hogar de nuestros niños y jóvenes: la escuela. La escuela el lugar donde debe prevalecer un ambiente de seguridad, paz y tranquilidad, interfiriendo este abuso con la educación y el desempeño académico de la víctima. Contrario a esto, muchos niños y jóvenes en su entorno escolar conocen a quien los aprisiona.

Conozcamos al verdugo y cómo se presenta. El “bullying” es un acto de intimidación intencional, propiciado por alguien que se cree superior (acosador). Su intención es atemorizar al niño o joven estudiante (acosado). Este acosador se engrandece frente a sus víctimas mediante gestos, palabras hirientes, notitas escritas, apodos, burlas, insultos, golpes, empujones, amenazas y menosprecios frente al grupo y, en ocasiones, provocando que otros compañeros se aparten de la víctima escogida, entre otros. Aunque legalmente se establece que debe ser un acto constante, es de conocimiento que basta un sólo suceso para considerarse “ bullying” debido a la severidad y las consecuencias permanentes luego del acoso.

Señales de ALERTA que indican que su hijo ha sido escogido por un acosador

Cuando los niños y jóvenes son acosados, es visible y marcado su cambio de conducta. Su vida cambia por completo. De inmediato suspenden las actividades que les gustaban, desean alejarse del ambiente escolar, lloran sin razón aparente para los padres, dejan de comer, duermen más de lo acostumbrado, se tornan tristes y callados. Los efectos son devastadores. Comienzan a vivir en una prisión sin barrotes físicos, difícil de salir por cuanto se construyen barrotes emocionales de sufrimiento diario, de miseria para todos en el hogar. ¡Alerta mamá y papá! Si observas estas señales en tu hijo es momento de preguntar, investigar, escuchar porque muchas víctimas callan por temor o amenazas; sufren sólos. Es de suma importancia que en esta hora su hijo lo perciba como su apoyo, protector, su zona de seguridad. Para los padres es una noticia y una realidad difícil de digerir. Al conocer los eventos es normal sentirse airados e incrédulos ante lo que le ocurre a su hijo no obstante, su reacción no debe prevalecer sobre lo que está sintiendo y viviendo su hijo. Le corresponde, como padre, brindarle a su hijo las herramientas necesarias para enfrentar y sobreponerse a tan desagradable experiencia.

Ya que conoce los eventos, tome las siguientes acciones:

1. Mantenga la calma, porque ni usted ni su hijo son responsables de lo sucedido.

2. Escuche a su hijo.

3. Hágale saber que usted lo apoya de forma incondicional.

4. No minimice sus sentimientos.

5. Sea proactivo y visite la escuela de su hijo e informe a las autoridades escolares de los hechos.

6. Si entiende que el acoso ha causado consecuencias severas, busque la ayuda de un profesional. Este puede ayudar con el uso de técnicas y terapias necesarias para una pronta recuperación.

Recuerde el “bullying” trae consigo unas consecuencias: baja autoestima, trastornos psicosomáticos, depresión, ansiedad, fobia social, trastornos emocionales y problemas sicológicos de corta y larga duración.

El Departamento de Educación y la escuela tienen una postura

Existe en el Departamento de Educación de Puerto Rico la Carta Circular 2- 2012-2013 Política Pública…. Casos de Acoso Escolar ‘Bullying” Entre Estudiantes en las Escuelas Públicas de Puerto Rico.

“El Departamento de Educación rechaza todo acto de violencia que atente contra la integridad moral o física de los estudiantes.”

“Esta política está dirigida a proveer ayuda socioemocional y adjudicar medidas disciplinarias conforme al Reglamento General de Estudiantes del Sistema de Educación de Puerto Rico 2011.”

¿Cuál es la intervención de las autoridades escolares?

Una vez el director es informado de los hechos, debe implementar el protocolo de prevención en estos casos: atender el caso de forma inmediata, realizar las entrevistas necesarias y documentar toda gestión, activar su personal de apoyo (trabajador social escolar, orientador, consejero, sicólogo escolar) para brindar los métodos efectivos de intervención, formular un plan de acción e incluso trabajar un plan educativo en el hogar si el caso lo amerita. Por último, decidirá la sanción según el Reglamento Escolar vigente y dará seguimiento al caso.

Hay que señalar que esta conducta, en muchas ocasiones, es emulada de las vivencias en los hogares donde hay carencias de valores y/o los límites en las reglas de convivencia son inexistentes, y donde el método para solucionar los problemas es la violencia.

El “bullying” lacera la confianza, seguridad, y la dignidad del ser humano, la cual es inviolable. Nadie es merecedor de este trato, ningún niño o joven debe ser cautivo de las prisiones del “bullying”. No hay que vivir el acoso sólo. Toda la comunidad escolar es responsable de la erradicación de este monstruo en su ambiente y de esta forma brindar una sana convivencia para que nuestros niños y jóvenes logren alcanzar su meta educativa.

Todos podemos ayudar usando las llaves para abrir las prisiones del “bullying” y brindar la libertad que merecen las víctimas.

 

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